En el último año el robo de gas licuado de petróleo (gas LP) en el llamado Triángulo Rojo, conformado por Puebla, Tlaxcala y Veracruz ha aumentado de forma exponencial. Hace un año el mercado negro abastecía cerca del 5% de la demanda de gas LP en el Triángulo, un año más tarde, ha logrado concentrar el 15% del suministro.
Aunque la zona en mayor alerta son estas tres entidades, la extracción y distribución de gas LP robado también se ha detectado en Hidalgo, Tamaulipas, Nuevo León y la Zona Metropolitana de la Ciudad de México.
Se tiene registro de que estas organizaciones delictivas han robado cerca de 30 pipas a marcas legitimas cada mes. Pero ahora se sabe que incluso están fabricando sus propias pipas, usurpando en algunos casos marcas registradas, pero también ofertando sus propias marcas piratas. El último conteo al respecto calculó el robo de más de 200 pipas a gaseros, denunció en conferencia de prensa Octavio Pérez, Presidente Ejecutivo se la Asociación Mexicana de Distribuidores de Gas Licuado y Empresas Conexas (AMEXGAS).
Expuso que desde hace un año el robo de gas LP cobró fuerza. El detonante, advierte, fue el cierre de ductos que pasan por los estados del Triángulo, por lo que, los que antes robaban estos ductos migraron al robo de gas LP. Actividad que deja pérdidas para la industria de esta región por 40 millones de pesos cada mes, según estima la AMEXGAS.
La expansión del comercio ilegal de gas LP pone en riesgo los avances de la apertura del mercado energético, así como los objetivos que se pretenden a futuro. La lógica de mercado se altera cuando hay un mercado negro a la par, ya que éste siempre será más atractivo para el consumidor, porque lo robado siempre es más barato que lo legitimo, dijo el directivo.
“Es un tema de impunidad, cuando alguien realiza una actividad ilícita y no sufre las consecuencias, la actividad continua. El problema no son las penas (en años de cárcel), el problema es la impartición de justicia”, alertó Octavio Pérez.
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