
En un mundo donde la IA, el edge computing y el IoT aceleran la generación de datos a velocidades exponenciales, los centros de datos se han convertido en la columna vertebral del ecosistema digital. Pero su crecimiento trae consigo un desafío a escala global y es el convertirse en un voraz consumidor de energía. Según la Agencia Internacional de Energía (IEA), en 2022 estas infraestructuras consumieron entre 240 y 340 teravatios-hora (TWh), y se proyecta que ese consumo podría superar los 1 000 TWh para 2030—lo que equivaldría a más del 4% del consumo eléctrico mundial.
Modularidad y eficiencia al servicio del futuro digital
Frente a este escenario, Schneider Electric impulsa la transformación con soluciones modulares y digitales, pensadas tanto para centros de datos convencionales como para cargas de IA de alta densidad. Su plataforma EcoStruxure™ Data Center Solutions integra potencia, refrigeración, gestión y seguridad desde microcentros hasta infraestructuras cloud masivas.
Asimismo, la línea EcoStruxure Pod Data Center es un sistema prefabricado, plug-and-play, capaz de soportar cargas térmicas extremas —de hasta 1 MW o más— y equipado con refrigeración líquida avanzada, ideal para despliegues rápidos y exigentes en IA.
De la predicción a la prevención: IA y mantenimiento inteligente
El caso más reciente que ilustra esta visión es la colaboración de la compañía con Compass Datacenters, donde la implementación de analítica predictiva permitió reducir en un 40 % las intervenciones de mantenimiento en sitio y disminuir el OPEX en un 20%, mediante la transición hacia modelos de servicio proactivos.
En paralelo, la alianza estratégica con NVIDIA busca estandarizar el diseño de centros de datos optimizados para cargas de IA, y desarrollar gemelos digitales que simulen y ajusten las condiciones operativas en tiempo real, generando ahorros sustanciales en consumo eléctrico y refrigeración.
La apuesta es por una infraestructura que vaya más allá de lo físico, apostando por la inteligencia operativa en tiempo real. Mediante monitoreo proactivo y analítica predictiva, que busca anticipar fallos, optimizar recursos y reducir tiempos de intervención, elevando la disponibilidad y disminuyendo los costos operativos.
Esta estrategia no solo mejora la eficiencia, sino que pavimenta el camino hacia una operación consciente del impacto ambiental, integrando soluciones de baja huella hídrica y huella de carbono.
México en el centro de la transición digital sostenible
México, junto con Brasil, Chile y Colombia, concentra el grueso del inventario de centros de datos de América Latina —alrededor de 672 MW instalados, según información de CBRE—, pero enfrenta retos complejos: infraestructura obsoleta, inestabilidad energética en algunas regiones y costos operativos crecientes. La buena noticia es que la transición hacia modelos híbridos (on-premise + edge + cloud) abre una ventana para soluciones más eficientes y flexibles.
En la actualidad, la planificación y construcción de centros de datos ya no puede limitarse a alcanzar capacidad o escala. La visión empresarial en torno a estos activos críticos se ha transformado: cada kilovatio ahorrado representa mucho más que eficiencia operativa; es una declaración de principios frente al desafío climático.
Desde Schneider Electric, se promueve una estrategia donde la optimización energética no solo impacta en la rentabilidad, sino que se alinea directamente con los compromisos de sostenibilidad que demanda el nuevo entorno regulatorio y social. Esta lógica permea sus desarrollos tecnológicos, donde la eficiencia energética es tan prioritaria como la resiliencia digital o la escalabilidad del sistema.





