
El aumento en los costos energéticos y la presión por reducir emisiones llevan al sector de alimentos y bebidas a adoptar soluciones más limpias y competitivas.
La industria de alimentos y bebidas en México enfrenta un entorno energético cada vez más complejo. El encarecimiento de los combustibles, la exigencia de reducir la huella ambiental y la necesidad de mantener operaciones seguras y continuas han llevado a las empresas a replantear sus esquemas de suministro energético.
Actualmente, la energía representa una proporción significativa de los costos totales de producción, impactando directamente la rentabilidad y competitividad del sector. En este contexto, contar con fuentes confiables y eficientes se ha convertido en un factor clave para garantizar la continuidad operativa.
GNL, una alternativa estratégica
Ante este escenario, el Gas Natural Licuado (GNL) se consolida como una de las alternativas más viables para la industria alimentaria, al ofrecer un suministro energético más limpio, seguro y estable, además de una reducción relevante en los costos operativos.
“El GNL representa una evolución natural para las empresas alimentarias que buscan mayor eficiencia sin comprometer la calidad. Su versatilidad permite un control térmico preciso, indispensable para garantizar procesos higiénicos y consistentes. Al mismo tiempo, optimiza los costos operativos y reduce de manera significativa las emisiones”, señaló Carlos Boone, director de Desarrollo de Negocios y Asuntos Corporativos en Énestas.
Beneficios clave para el sector alimentario
Precisión térmica
El GNL permite una combustión uniforme y estable, lo que se traduce en un control exacto de la temperatura en procesos críticos como pasteurización, cocción y secado, mejorando la calidad del producto final.
Eficiencia operativa
La migración a sistemas de calentamiento directo reduce pérdidas de energía, acelera los tiempos de proceso, disminuye el consumo total de combustible y contribuye al mantenimiento preventivo de maquinaria, prolongando la vida útil de las plantas.
Confiabilidad en los procesos
Al no generar hollín, olores ni residuos, el GNL reduce el riesgo de contaminación cruzada y favorece el cumplimiento de estrictos estándares de calidad, inocuidad y sanidad.
Cobertura y flexibilidad
Para agroindustrias ubicadas en zonas rurales, el modelo de suministro de GNL garantiza disponibilidad continua mediante infraestructura modular y escalable, incluso en regiones sin acceso a gasoductos.
Un reto global con soluciones sostenibles
De acuerdo con estimaciones de Mintel, para 2050 será necesario alimentar a más de nueve mil millones de personas, lo que convierte a la producción sustentable de alimentos en uno de los mayores retos a nivel global.
En este contexto, el futuro de la industria alimentaria en México dependerá de su capacidad para integrar energías más limpias, seguras y competitivas. El Gas Natural Licuado se perfila así como un aliado estratégico para fortalecer la resiliencia del sector y avanzar en la transición energética que exige el mercado.
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