Iberdrola puso en marcha este jueves el parque eólico marino de Saint-Brieuc, ubicado en la región de Bretaña, Francia, mismo que a decir de su presidente Ignacio Sánchez Galán es el proyecto, desde el punto de vista de ingeniería, es el “más difícil que ha tenido nunca” la compañía española.
De acuerdo con Iberdrola, la central cuenta con una capacidad instalada de 496 megavatios (MW) y una producción anual de 2 millones de megavatios hora (MWh), con los cuales suministrará energía limpia y segura a cerca de un millón de personas en la región.
El proyecto, que implicó una inversión de 2.400 millones de euros, comenzó en 2012 y generó más de mil 700 empleos, incluyendo 500 locales, y participaron más de 150 empresas europeas, entre ellas 60 españolas.
Empresas destacadas como Siemens Gamesa y el consorcio Navantia-Windar tuvieron un papel clave en la fabricación de los aerogeneradores y las cimentaciones.
Ignacio Galán, presidente de Iberdrola, destacó que el proyecto no solo fortalece la autonomía energética de Francia, sino que también impulsa la competitividad y la reindustrialización europea, en línea con los objetivos climáticos establecidos en el informe Draghi.
Cabe destacar que Saint-Brieuc marca un paso importante para la expansión de la energía eólica marina en Francia, además de que el parque ha superado diversos desafíos técnicos, como las complejidades del suelo marino de roca basáltica y las condiciones ambientales de la región.
Con este nuevo parque, Iberdrola sigue consolidándose como líder mundial en energía eólica marina. La compañía ya opera otros parques en el Reino Unido y Alemania y tiene varios más en construcción en Europa y Estados Unidos.
Al momento, la inversión total en sus proyectos eólicos marinos superará los 25.000 millones de euros una vez completados.
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