Con la llegada de la segunda mitad del 2024, muchos de nosotros nos detenemos a pensar cómo han evolucionado los propósitos con los que abrimos el año. Ya sea adoptar hábitos más saludables o adquirir habilidades nuevas, pero siempre enfocadas a mejorar la calidad de nuestras vidas.
Con esta visión de mejora continua, y gracias a diversos estímulos de concientización del cuidado de nuestro planeta, este año decidí orientar mis propósitos hacia actividades que no solo me beneficiaran individualmente, sino que también tuvieran un impacto positivo en el mundo que compartimos.
Lo anterior, derivado de las recientes experiencias con temperaturas extremas, por ejemplo, julio del año pasado que bien sabemos se registró como el mes más caluroso de la historia, un indicio inminente del calentamiento global.
Existen diferentes maneras de contribuir desde cada trinchera donde nos posicionemos, como el adoptar y promover la generación de energía limpia, es decir, aquella que proviene de fuentes naturales como la luz del sol, la fuerza del viento, el calor en el centro de la tierra o el oleaje marino, entre otras, y que además llegan a reponerse más rápido de lo que pueden consumirse.
Transición a la energía limpia, una necesidad urgente
En los últimos años, hemos sido testigos de un notable aumento en la adopción de este tipo de energía a nivel mundial, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) pronostica un aumento significativo del 75 % en la capacidad de energía renovable mundial de 2022 a 2027.
Esto no es solo seguir una tendencia, sino trabajar desde una necesidad urgente para garantizar un futuro sostenible. Imagina un mundo donde nuestras ciudades estén iluminadas por la energía del sol, nuestros vehículos se desplacen con el impulso del viento, y nuestras vidas cotidianas estén alimentadas por recursos que no agoten nuestro planeta. Gracias a la tecnología, esto ya no es un sueño utópico; es una realidad que está tomando forma.
A nivel mundial, la adopción de energías renovables ha experimentado un crecimiento exponencial, en nuestro continente, Brasil, Estados Unidos y Canadá lideran la carga. Pero ¿y México? ¿Cómo nos estamos desempeñando en este emocionante viaje hacia un futuro más limpio?
Nuestro país ha avanzado en la implementación de energías renovables; la energía solar y eólica están ganando terreno, esto se relaciona con las características del territorio que lo dotan de una buena capacidad para producirla. Con el impulso de la inversión privada proyectos ambiciosos están llevando a México hacia una mayor autosuficiencia energética y reducción de emisiones.
Entonces, ¿cómo adoptamos este propósito y nos sumamos a esta revolución verde? Aquí tienes algunas ideas prácticas:
- Explora la energía solar en tu hogar: Instalar paneles solares puede parecer una inversión inicial considerable, pero a largo plazo, no solo ahorrarás en tus facturas de energía, sino que también contribuirás a la reducción de la huella de carbono.
- Opta por opciones sostenibles: Al elegir productos y servicios, elige aquellos que provengan de fuentes sostenibles y respetuosas con el medio ambiente.
- Utiliza el transporte público: En la Ciudad de México este servicio ya se está transformando, por ejemplo, la línea 3 del Metrobús que ya está utilizando autobuses 100% eléctricos, lo que reducirá las emisiones de carbono un 35% para 2030.
- Crea comunidad: Comparte la importancia del cuidado del planeta a través de energías limpias con tus amigos, familiares y vecinos. Mientras más gente informada exista, más rápido adoptaremos nuevos hábitos.
Estamos a meses de concluir el año, y qué mejor manera de cerrarlo que marcando el camino hacia un futuro más saludable y sostenible ¿Te animas?