Faltan pocos días para que Andrés Manuel López Obrador abandone Palacio Nacional dejando en el limbo la mayoría de sus promesas de campaña, como el falso “rescate” de PEMEX que resultó en una pérdida neta de 941 mil millones de pesos entre 2019 y 2023.
Con el dinero que PEMEX perdió sería posible pagar durante 226 años el presupuesto de los organismos reguladores que AMLO quiere desaparecer por considerarlos muy caros para el Estado: el IFT, la COFECE, la CNH y la CRE, cuyo presupuesto asciende a 4 mil millones de pesos.
Al inicio de su sexenio AMLO acusó que recibía una empresa petrolera al borde del desmantelamiento por culpa de la reforma energética, irónicamente sus resultados la dejan peor parada que en la administración anterior y la colocan en el escenario de una quiebra técnica.
Solamente en dos años de este sexenio la petrolera registró ganancias: en 2022 y 2023, con 100 mil millones y 109.95 mil millones de pesos, respectivamente. En ese momento PEMEX rompía con una racha de 9 años consecutivos de pérdidas.
Pero un análisis de Grupo Financiero Base detalla que los resultados de la primera mitad del 2024 parecen indicar que PEMEX podría revertir esta tendencia aparentemente positiva y registrar una pérdida neta, pues entre enero y junio acumula una pérdida de 268.6 mil millones de pesos, la mayor para un periodo igual desde el 2020.
Por otro lado, PEMEX cada vez aporta menos valor a las arcas públicas, ya que en 2019 el promedio de los ingresos petroleros del Gobierno federal representaron el 51.3 por ciento de los ingresos, y esa cifra bajó a 29.6 por ciento al cierre de 2023, mostrando la cifra más baja desde 1995.
PEMEX cierra este sexenio como uno de los peores en términos de resultados, las promesas de una empresa fuerte y con salud financiera quedaron en papel, lo que demuestra el fracaso de una política económica basada en ideologías y no en sustentos técnicos ni estratégicos.
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