La economía mexicana cerrará 2025 con un crecimiento menor al previsto y con señales claras de debilitamiento en prácticamente todos sus sectores productivos, advirtió el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) en su Análisis Económico Ejecutivo del 24 de noviembre.
El organismo señaló que el PIB cayó 0.3% en el tercer trimestre frente al trimestre previo, mientras que en su comparación anual retrocedió 0.2%.
Con ello, el crecimiento acumulado de enero a septiembre es apenas de 0.4%, por lo que alcanzar el 0.5% previsto por analistas del sector privado dependería de un repunte que “luce complicado”, especialmente después de que octubre, primer mes del último trimestre, inició con un desempeño negativo.
El deterioro provino principalmente de las actividades secundarias, que se contrajeron 1.5% trimestral y 2.7% anual, su peor resultado desde 2020.
La manufactura, clave para el sector exportador, cayó 1.3% trimestral y 1.8% anual, afectada por la desaceleración del comercio exterior, la política arancelaria de Estados Unidos y la creciente competencia de productos asiáticos. De los 21 subsectores manufactureros, 15 reportaron caídas anuales.
La construcción profundizó su retroceso con un desplome de 3.3% trimestral y 4.6% anual, reflejo directo de la debilidad de la inversión.
La minería, pese a un avance trimestral de 2.4%, acumuló nueve trimestres consecutivos con caídas anuales, esta vez de 5.1%.
Solo el rubro de generación y suministro de energía eléctrica, agua y gas reportó un ligero crecimiento trimestral de 0.2% y anual de 1.5%, aunque insuficiente para compensar el deterioro industrial.
Las actividades terciarias, comercio y servicios, avanzaron apenas 0.2% trimestral y 1% anual. Este es su menor crecimiento anual desde el primer trimestre de 2021, reflejo de una demanda interna debilitada.
El Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) del INEGI confirma esta tendencia: en octubre anticipa un crecimiento nulo mensual y anual de la economía.
“Los resultados son débiles para lograr un ritmo de crecimiento suficiente y sostenido”, advirtió el organismo.
La economía iniciaría el último trimestre sin impulso y con factores de riesgo como la incertidumbre en política exterior, el debilitamiento manufacturero y la reducción en la capacidad de crecimiento industrial desde 2022.
Con este panorama, el organismo considera complicado que México alcance incluso el ya bajo pronóstico de 0.5% para todo 2025.
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