Un estudio realizado por CartoCrítica reveló que, 4 de las 5 regiones con potencial para extraer hidrocarburos en yacimientos no convencionales en México, carecen de agua, por lo que, si se pusieran en marcha, el consumo del líquido vital se vería afectado en las comunidades aledañas.
“Para recuperar el 10% de los recursos no convencionales identificados en México, sería necesario perforar y fracturar más de 14 mil nuevos pozos, que requerirían hasta 470 mil 973 millones de litros de agua”, señaló CartoCrítica.
En un cálculo realizado por Manuel Llano, se estimó que en México hay 47 millones de autos, lo cual sería equivalente al número de pipas de agua que requeriría PEMEX para el fracking, pues cada pozo nuevo necesitaría 40 mil pipas de agua.
Las zonas que tienen en este problema son: Sabinas y Burro-Picachos en Coahuila y Nuevo León, así como Burgos en Nuevo León y Tamaulipas y Tampico Misantla, ubicada en Tamaulipas, Veracruz y San Luis Potosí.
De acuerdo con la investigación, los habitantes de las 4 regiones se enfrentan a la limitación del abasto de agua, por lo que la extracción de hidrocarburos mediante el fracking representa una amenaza, ya que la demanda superaría los niveles de disponibilidad.
Ante ello, la Alianza Mexicana contra el Fracking, hizo un llamado a las autoridades para invitarlas a promover el uso de otro tipo de fuentes energéticas, pues el consumo futuro no debe estar basado en los combustibles fósiles.
“La producción de petróleo alcanzó su punto más alto en 2004 y la de gas, en 2009. Desde entonces, ambas van en declive sin que ningún nuevo yacimiento o técnica de extracción revierta esta tendencia”, indicó la Alianza.
Apuntó que esta tendencia es algo negativo dado que la fractura hidráulica tiene altos costos ambientales, entre los que se encuentra el consumo de agua, la liberación de metano y químicos tóxicos al aire.
Además de que genera sismos inducidos y viola los derechos del agua, así como a un medio ambiente sano.
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