Escuchamos hablar -con demasiada frecuencia- a las diferentes alternativas políticas en la palestra del actual proceso electoral por la Presidencia de la República en México, que la generación de energía eléctrica es imperante en el país. Este eslabón de la industria eléctrica acapara los reflectores en las agendas políticas de cara a las elecciones, relegando a un segundo o tercer plano la trascendencia de las políticas públicas relacionadas con el fortalecimiento de la infraestructura de transmisión y distribución del sistema eléctrico. Fortalecer el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) no sólo depende de aumentar la generación de energía, sino también de mejorar la manera en que esta se transporta y distribuye, siendo un eslabón fundamental en el éxito de la industria eléctrica Nacional.
El SEN es una compleja red de conexiones que abarca desde los puntos de interconexión de las centrales eléctricas, la infraestructura que transporta y distribuye la energía de un lugar a otro, hasta los puntos de conexión de los centros de carga que la consumen. La eficiencia en la transmisión y distribución es clave para garantizar que la energía producida llegue a donde se necesita y cuando se necesita. Sin una infraestructura de transmisión y distribución robusta y confiable, la capacidad de generación se ve limitada y se compromete la estabilidad del sistema, al mismo tiempo que frena el desarrollo económico de un país.
Hoy en día, la infraestructura de transmisión y distribución en México enfrenta diversos desafíos, que van desde la obsoleta tecnología utilizada en algunas de las líneas de transmisión y redes generales de distribución, hasta la insuficiencia de la infraestructura para satisfacer la demanda creciente y la integración de fuentes de energía renovable. No obstante, estos desafíos presentan oportunidades de inversión en la modernización y expansión del SEN, dado que se estima que se requiere una inversión aproximada de ciento veinte mil millones de dólares en los próximos 15 años para hacer frente a la creciente demanda eléctrica.
Para tal efecto, será importante que los diferentes actores políticos en este proceso electoral realicen propuestas de políticas públicas que tengan por objeto fortalecer dicha infraestructura, ya sea mediante inversión directa por parte del Estado Mexicano o bien, en alianza con privados.
La construcción de nuevas líneas de transmisión y distribución y la modernización de las existentes son esenciales para conectar las áreas de generación con los centros de consumo. Inversiones en torres, cables y subestaciones son necesarias para optimizar la transmisión y distribución de energía y la estabilidad del SEN. Asimismo, la digitalización del SEN a través de sistemas de control avanzados optimiza la operación, reduce tiempos de inactividad y costos de mantenimiento, y permite una detección más rápida de fallas, mejorando la confiabilidad del sistema.
Si bien; la generación de energía eléctrica es importante y debe ser atendida y promovida por cualquier candidato a un puesto político, el no contar con una red de transmisión y distribución eficiente, limita de forma considerable el potencial de un sistema eléctrico.
En este sentido, resulta importante señalar que uno de los retos más importantes que deberá afrontar la próxima administración es la de permitir el correcto desarrollo del fenómeno conocido como “nearshoring”, mismo que representar un aumento exponencial y de manera muy acelerada en la demanda eléctrica de México. La falta de inversión en líneas de transmisión y distribución amenaza con obstaculizar esta tendencia y causar serios problemas para la instalación de las empresas interesadas en México.
Es crucial que las políticas energéticas de cualquier aspirante a un cargo político contemplen la importancia estratégica de la transmisión y distribución eléctrica para asegurar un futuro energético sostenible y próspero en México, el cual no puede exclusivamente depender del aumento de la capacidad instalada en la generación de energía eléctrica.
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Es socio de Von Wobeser y Sierra. Cuenta con más de quince años de experiencia y forma
parte de las áreas de práctica Ambiental y de Energía y Recursos Naturale