El huachicol es un dolor de cabeza para Pemex que no ha podido frenar a pesar de los esfuerzos implementados, y cuyo costo ya suma 48.5 mil millones de pesos entre 2019 y el tercer trimestre de este año.
Los números de Pemex no mienten y demuestran que se necesitan más acciones de fondo y no solo de forma para frenar este delito, ya que las pérdidas registradas en este sexenio ya superan el quebranto de 39.4 mil millones de pesos registrados en 2018, el último año del sexenio a cargo de Enrique Peña Nieto.
En lo que va de la administración de Andrés Manuel López Obrador el hurto a los ductos de Pemex suma 34.7 miles de barriles por día en promedio, lo que quiere decir que entre enero de 2019 y el 30 de septiembre de este año las bandas del crimen organizado robaron más de 60 millones de barriles de combustible.
Las pérdidas provocadas por el huachicol en este sexenio superan en 3.2 veces el monto de los 13 fideicomisos por 15 mil millones de pesos que estaban en manos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y que los legisladores extinguieron por considerarlos onerosos.
Las incongruencias de Morena y del propio López Obrador caen en lo ridículo, ya que por un lado se quejan del dispendio del Poder Judicial, pero por el otro mantienen abierta una coladera que cada año representa una merma en ingresos cuantiosos por el robo de combustible.
¿Qué falló?
Para empezar debemos hablar de la corrupción que está en todos los niveles. Basta con recorrer las carreteras y caminos que conectan a Puebla o Hidalgo para ver que hay establecimientos clandestinos que venden gasolina robada a plena luz del día, y frente a los ojos de las policías locales.
Otra razón es que, en lugar de implementar mayor tecnología, Pemex optó por sellar con concreto algunos tramos de ductos, reforzar la supervisión de ciertas rutas con la presencia de autoridades y del propio ejército, y continuar con la implementación del sistema SCADA, un software de monitoreo de presión de los ductos cuya eficiencia ha sido cuestionada por la Auditoría Superior de la Federación.
Pemex debe mirar a las prácticas que se realizaron en otros países y que son casos de éxito en materia de combate al huachicol.
Desde 2002 la policía de Colombia creó un grupo especial para atender ese delito, también implementó el uso los trazadores que son moléculas que se inyectan a la gasolina y que permiten identificar si el combustible es robado, acciones que disminuyeron en más de 90 por ciento el hurto de hidrocarburos. Ojo Pemex.
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