Llegó octubre y con él, el último año de Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador. Muchos son los temas sobre los que, cada vez con mayor frecuencia e intensidad, se evalúa su gestión. Corresponde en este espacio abordar el relacionado con el desempeño de Petróleos Mexicanos (Pemex) durante lo que va del sexenio.
La reflexión aquí propuesta, parte de la reciente presentación del proyecto de Presupuesto 2024, un hito fundamental no sólo para la administración pública federal sino también para la petrolera. Es un acontecimiento relevante para Pemex porque el gasto del que pueda disponer la empresa durante el próximo año servirá para una de dos cosas: acreditar el cumplimiento de sus metas o validar que los últimos seis años no sirvieron para evitar su declive.
Nótese que lo antes expuesto sugiere que, a 12 meses de que concluya la actual administración, existe una falta de claridad con respecto a los logros que Pemex entregará el próximo año. Esto se explica principalmente por la poca transparencia con la que este Gobierno maneja las cifras. Desde luego que también se entiende por el entorno de polarización que padece el país, donde los sectores afines a la Cuarta Transformación aseguran que la petrolera va bien y donde los grupos opositores alertan sobre un deterioro inevitable.
Pero más allá de la opacidad y de los sesgos propios del pensamiento binario, es útil recurrir a las metas y a los recursos que se le proponen asignar a Pemex en el Presupuesto 2024 para ver qué tanto ha logrado. Como los planteamientos elaborados por la Secretaría de Hacienda no están muy alejados de los objetivos que el Presidente López Obrador le ha impuesto a la petrolera, sirven también como una evaluación del propio Gobierno.
Al analizar el proyecto de Presupuesto 2024, se observa que esta administración espera que en 2024 la petrolera produzca un millón 884 mil barriles diarios de petróleo crudo y que elabore un millón 365 mil barriles diarios de petrolíferos (combustibles que no incluyen al gas LP). Si consideramos estas metas dentro del contexto de la narrativa presidencial, podemos inferir que su materialización implicaría llevar a la realidad el concepto de autosuficiencia energética.
En cuanto a los recursos que se le asignarían a Pemex el próximo año, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) propone un gasto de inversión de 225 mil 746 millones de pesos, de la cual 205 mil 214 millones corresponden a actividades relacionadas con la producción de petróleo crudo y 16 mil 459 millones a actividades vinculadas con la elaboración de petrolíferos.
De la presentación de estos datos, surge una pregunta elemental: ¿Será suficiente el presupuesto 2024 para que Pemex materialice las metas de producción? Por las (pocas) cifras que ofrecen las autoridades energéticas parecería algo complicado de concretar, particularmente la meta que corresponde a la producción de petrolíferos.
Pemex ha reconocido públicamente que el incremento de su producción de petróleo crudo y de petrolíferos implica la necesidad de mantener sus inversiones de capital. En este sentido, vale la pena recordar que para 2023 el Gobierno le asignó a la petrolera un gasto de inversión de 440 mil 878 millones de pesos. Esto significa que, de aprobarse el proyecto de Presupuesto 2024, el gasto de inversión de Pemex se reduciría 48 por ciento con respecto a lo que se aprobó para este año.
De acuerdo con el Sistema de Información Energética de la Secretaría de Energía, en los primeros ocho meses del año Pemex ha producido, en promedio, un millón 882 mil barriles diarios de petróleo crudo y 931 mil barriles diarios de petrolíferos. Esto implica que, con una reducción en su gasto de inversión de casi la mitad, la petrolera tendrá que alcanzar una alta eficiencia en sus operaciones para lograr su meta de producción de petróleo crudo. En lo que respecta a la producción de petrolíferos, la tendencia muestra que es meta inalcanzable.
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Arturo es director de proyectos de energía en Akza Consultores. Se desempeñó como asesor principal
para un consejero independiente de la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Estudió relaciones
internacionales en la Universidad Iberoamericana y la maestría en administración pública en el
Instituto Nacional de Administración Pública (INAP).