La Navidad, una época cargada de celebraciones, regalos y tradiciones, también representa un desafío significativo para el medio ambiente. Según un estudio publicado en ResearchGate, durante esta temporada podemos generar hasta 650 kilogramos de emisiones de CO2 por persona, lo que equivale al 5.5% de nuestra huella de carbono anual. Las principales actividades que contribuyen a este impacto incluyen el consumo de energía por las luces decorativas, los viajes, el desperdicio de alimentos y los empaques de regalos.
Impacto ambiental de la Navidad
Durante las festividades, el consumo eléctrico se dispara debido al uso intensivo de luces decorativas, lo que eleva la demanda de energía en un 30% a 40%, según la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Además, la comida preparada para las cenas de Navidad y Año Nuevo también genera una alta tasa de desperdicio, con el 40% de los alimentos terminando en la basura. A estos factores se suman los empaques de regalos, plásticos de un solo uso y adornos desechados, que aumentan la cantidad de residuos, así como la contaminación del aire debido a la pirotecnia y fogatas.
Frente a estos desafíos, el concepto de servitización surge como una solución clave para reducir el impacto ambiental. Este modelo promueve el acceso sobre la propiedad, lo que permite a los consumidores utilizar servicios en lugar de productos, reduciendo la generación de residuos y el uso intensivo de recursos. La servitización es una estrategia que fomenta una economía circular de uso y compartición, lo que ayuda a minimizar la necesidad de adquirir nuevos productos.
Samantha Rodríguez, Sr. Sustainability Manager para LatAm de CHEP, explicó que “la servitización implica cambiar de la venta de productos a la prestación de servicios, promoviendo un uso más eficiente de los recursos. Esto no solo es esencial para la sostenibilidad, sino que también ofrece nuevas oportunidades de innovación en los negocios”.
Algunas alternativas prácticas para aplicar la servitización en Navidad incluyen regalar tarjetas virtuales para descargar música o videojuegos, o membresías para plataformas de streaming, lo que evita la generación de residuos plásticos. Además, empresas como CHEP están promoviendo el alquiler de árboles de Navidad vivos sembrados en macetas, que, al finalizar las festividades, son devueltos a su hábitat natural para evitar que terminen en vertederos y contribuir a la reforestación.
Una Navidad sin residuos
Adoptar una mentalidad más sustentable no significa renunciar a las tradiciones navideñas, sino repensarlas de manera más creativa y responsable. Desde elegir árboles de Navidad provenientes de bosques certificados hasta hacer adornos con materiales reciclados, hay muchas formas de reducir nuestro impacto ambiental durante esta temporada.
“En CHEP fomentamos una mentalidad Zero Waste (cero residuos), buscando nuevas formas de colaboración, innovación y cadenas de suministro más sustentables. Esta mentalidad puede ser adoptada tanto a nivel empresarial como personal, y la Navidad es el momento ideal para hacer este cambio”, concluyó Rodríguez.