El resultado tan apabullante que obtuvo el partido oficialista en las elecciones presidenciales pasadas ha vuelto a dividir opiniones entre los participantes del sector energético.
Voces se inclinan a darle un ‘voto de confianza’ a la futura presidenta Claudia Sheinbaum al amparo de su expertise y formación académica en temas relacionados con la Energía. Por otra parte, están aquellos que destacan y celebran su apertura al diálogo y a escuchar las necesidades del sector, algo que jamás pasó con su antecesor.
Adicionalmente hay quienes están inquietos sobre el futuro de la industria ante las decisiones que, desde ahora, a menos de 20 días de haberse efectuado el proceso electoral, auguran un mal camino si se decide avanzar por la eliminación de los organismos autónomos como la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), la Comisión Reguladora de Energía (CRE), por mencionar algunos, o se procede con la reforma al Poder Judicial que también agrandaría el nivel de incertidumbre de los inversionistas.
Dudas, expectativas y suposiciones rodean al sector, sobre todo en un contexto donde la premisa central es si habrá un cambio en su política o simplemente se dará continuidad a lo hecho en la administración que está a meses de llegar a su fin, y en la cual Petróleos Mexicanos (PEMEX) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) fueron prioridad, donde la participación privada quedó enterrada, donde las inversiones se estancaron y la certeza jurídica del país se puso en tela de juicio al punto de llegar a un panel contra México en términos del Tratado México-Estados Unidos-Canadá, mejor conocido como T-MEC.
Especialistas consideran que el reto mayor será en el sector eléctrico pues acumula seis años de subinversión en generación, la demanda no ha dejado de crecer sin considerar que hace falta infraestructura en redes de transmisión y distribución.
“A esto se le suma que esta administración le está heredando a Claudia Sheinbaum un déficit tarifario de 98 mil millones de pesos. Si revisamos el informe anual de CFE del 2023, se aprecia que de 2018 a 2023 la tarifa doméstica incrementó casi un 33 por ciento y la industrial un 26 por ciento cuando se supone que estabamos sujetos a nada más incrementar el porcentaje de inflación”, expone Casiopea Ramírez Melgar, socia en Fresh Energy Consulting.
“Los indicadores del mercado apuntan que urge la inversión privada u otros esquemas que permitan liberar a CFE de una presión en la que no está siendo capaz de atender el crecimiento de la demanda, la generación y la transmisión”, complementa.
Edmond Grieger, socio de Von Wobeser y Sierra considera que además de la subinversión en infraestructura eléctrica ha habido una desinversión que comenzó con la cancelación de licitaciones y proyectos como las dos megalíneas de transmisión de corriente directa en alta tensión del Istmo de Tehuantepec al centro y de interconexión de Baja California con el resto del país.
“Necesitaríamos en los próximos 15 años construir alrededor de 58 mil 400 kilómetros de líneas de transmisión cuando ahorita en el PRODESEN se proyectando para los ocho años siguientes unos dos mil 400 kilómetros”, destaca.
Los desafíos son también oportunidades, subraya Grieger. Sólo falta encontrar el cómo crear alianzas estratégicas entre la iniciativa privada y la CFE, uno de los compromisos hechos por Sheinbaum.
“La participación de privados no tiene que chocar con la estrategia de fortalecimiento de la eléctrica nacional”, afirma.
Bajo su óptica…
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