Fundada en 2014 con una visión clara de impulsar la sostenibilidad, BioBox llevó el reciclaje de botellas de plástico, vidrio o envolturas ‘a la vuelta de la esquina’ en la Ciudad de México con depósitos instalados en la calle.
La propuesta de valor de este proyecto destaca por colocar al centro la cultura del reciclaje con recompesas para los usuarios, las cuales se convierten en puntos canjeables con comercios, tiendas de autoservicio y, en unos meses más, para el pago de servicios.
“El reciclaje forma parte de las estrategias para mitigar los daños ambientales, en el caso mexicano, el PET es uno de los materiales más reciclados porque es fácil su traslado, la limpieza y su transformación en otros productos”, indicó Luis Manuel Alvarado, CO CEO de la compañía.
Precisó que el reto aumenta si se considera que, solamente el 51% de los residuos en casa son separados, mientras que en los centros de trabajo apenas llega al 33% y en las escuelas se quedan por debajo del 24%.
Alvarado destacó que la separación de residuos es mportante, dado que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) estima que los componentes de estos productos podrían aprovecharse hasta en un 92% antes de llegar al relleno sanitario.
“Una vez que los productos son enviados al relleno sanitario, solamente se pueden aprovechar el 30%”, apuntó.
Como parte de las acciones a favor del medio ambiente, la empresa ha analizado el uso de fuentes energéticas que contribuyan a reducir su huella de carbono con el uso de las máquinas receptoras de residuos, pues actualmente están conectadas a la luz para operar.
En este sentido, detalló que algunas de los depósitos están conectados directamente con la Comisión Federal de Electricidad (CFE), mientras que otras más a la red elécctrica de los comercios con lo que existe algun convenio.
“El consumo de la máquina no es mayor al de un refirgerador pequeño. Sin embargo estamos buscando tecnologías que nos permitan suministrar energía por medio de fuentes renovables”, comentó en entrevista para Energy21.
En tanto, su cultura de reciclaje se extiende al interior de la compañía, ya que los componentes de la máquina tienen una segunda vida y forman parte de una estrategia de manejo de residuos.
Actualmente, la compañía tiene 250 máquinas operando en la Ciudad de México y prevé posibilidades de expansión a otras entidades como el Estado de México y Nuevo León, así como a Sudámerica.
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