Tras el anuncio de la presidenta Claudia Sheinbaum sobre la fabricación del primer auto eléctrico 100% mexicano, llamado Olinia, especialistas aplaudieron la iniciativa. No obstante, advirtieron sobre los desafíos que el país enfrenta en cuanto a la infraestructura necesaria para su implementación y éxito.
Durante el panel Innovación y futuro en la Movilidad Sostenible, realizada en el marco de la 14.ª. edición del Congreso Conjunto de Asociaciones de Energía, Isabel Studer, presidenta de Sostenibilidad Global, señaló que México tiene la capacidad de producir vehículos eléctricos ya que finalmente, se trata de un mercado que ha crecido significativamente en el mundo, especialmente en China, donde el 20% de los autos vendidos ya son ‘verdes’.
“Antes, fabricar un auto mexicano era difícil por los altos costos de inversión, pero los vehículos eléctricos son esencialmente computadoras con ruedas, mucho más simples en su fabricación en comparación con uno de combustión interna”, explicó Studer.
Como ejemplo, mencionó que Dima, en colaboración con la empresa mexicana Megaflux, ya ha fabricado el primer autobús eléctrico del país.
A pesar de este avance, Studer subrayó que el principal reto para México no es solo la producción, sino la competencia con fabricantes chinos y la falta de inversionistas dispuestos a asumir riesgos.
Por su parte, Nicolás Estrada, CFO de VEMO coincidió en que México está listo para la producción de vehículos eléctricos, pero advirtió que el desafío más grande es la infraestructura de carga y la demanda para estos vehículos.
“No basta con producir un vehículo que luego nadie use. Todavía hay mucho por hacer, pero creo que el hacer una declaración como la que se hizo es muy positivo, pero no nos debemos quedar solo en si lo podemos producir, sino pensar más allá.”, apuntó.
Miguel ángel Merlos, presidente del Comité de GNV, de la Asociación Mexicana de Gas Natural Vehicular, destacó que la revolución más importante en este sector es el almacenamiento de energía. “El almacenamiento a gran escala con baterías es lo que va a transformar el panorama de la energía y la movilidad eléctrica. Estamos viendo un cambio emocionante en cómo operamos la red eléctrica y cómo nos adaptamos a los sistemas de movilidad eléctrica”, señaló.
Studer también destacó la importancia de la eficiencia energética de los vehículos eléctricos, indicando que estos permiten una reducción significativa en la demanda total de energía.
“Un vehículo de combustión interna pierde más del 80% de la energía. En cambio, los vehículos eléctricos no solo son más eficientes, sino que también son una solución rápida para combatir el cambio climático”, afirmó. Además, subrayó que el costo total de operación de los autobuses eléctricos de Metrobús ya es más bajo que el de los vehículos a diésel.
Finalmente, Studer insistió en la necesidad de una política industrial y comercial que impulse la electromovilidad en México, así como la importancia de no apostar únicamente por una tecnología.
“Debemos diversificar nuestras opciones tecnológicas y atraer inversiones para infraestructura que nos permitan realizar esta transición”, concluyó.