Si la vida fuera un campo de tiro, Alejandro Montufar sería el francotirador que, tras cada disparo fallido, ajusta su puntería y vuelve a intentarlo.
Así se ha levantado de negocios fallidos que le hicieron perder más de 2 millones de pesos, y de estar a punto de perder la vida en 2 ocasiones por una perforación de intestino y un accidente en donde casi pierde una pierna.
Y es que el actual director y fundador de PETROIntelligence no es de los que se dejan abatir por los fracasos, al contrario, los colecciona como trofeos de aprendizaje.
Empresario, consultor, viajero incansable y apasionado del tiro con arma y del entrenamiento táctico, Montufar nos concede una entrevista que devela más allá de su historia: una mezcla de resiliencia, audacia y reinvención que llevó a un joven de ascendencia libanesa que trabajaba en su finca familiar de eventos en el pueblito de Mixquiahuala, Hidalgo, a posicionarse como una las voces más respetadas del mercado de combustibles en México.
Perder 2 millones de pesos
Desde muy joven, Montufar supo que su camino sería el de los negocios. Sin embargo, el éxito no llegó de inmediato.
“Fracasé en algunos intentos antes de encontrar mi nicho”, confiesa con una risa franca desde el otro lado del teléfono, sin rastro de arrepentimiento.
Su primer gran tropiezo llegó con un negocio de venta de mochilas importadas de Polonia, una idea que parecía sencilla y rentable, pero que terminó costándole los ahorros de un par de años.
“No dimensioné bien los costos ni el mercado. Me di cuenta demasiado tarde de que no tenía margen de ganancia”, recuerda.
“Eran como 3 mil 500 mochilas que pretendía vender, tras el fracaso me quedé con ellas almacenadas durante 5 años. Algunas las vendí a precio de costo y otras las regalé en las navidades a mis primos”, confiesa entre risas.
Más adelante se aventuró en la venta de electrodomésticos. Esta vez, la apuesta fue mayor: invirtió 2 millones de pesos en el proyecto, creyendo que el retorno de inversión sería rápido, pero perdió ese dinero en poco menos de 2 meses.
“Fracasó ese negocio también por una falta de control, pero no me desmotivé. Cuando me pasó lo de las mochilas sí me entristecí, pero esta vez seguí constante, no permití que me ganara la depresión. La constancia y la perseverancia son claves para tener éxito”, destaca.
“Muchas veces no tienes que ser el mejor, sino más bien estar ahí, estar firme e intentar e intentar”, abunda Montufar.
Esta experiencia le dejó una de sus mayores lecciones: la importancia de la planeación estratégica y la necesidad de entender a fondo el sector en el que se incursiona antes de invertir grandes sumas de dinero.
El camino hacia la energía: PetroIntelligence

A la par de estos fracasos en los negocios, Montufar se fue encaminando en un nuevo rumbo como funcionario público en organismos reguladores.
Su primera incursión fue en la entonces Comisión Federal de Mejora Regulatoria (COFEMER) allá por 2012, en donde estuvo poco tiempo pero aprendió sobre el importante papel del Estado para intervenir en las fallas de mercado.
Después, aterrizó en el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), donde ocupó el cargo de Subdirector de Investigación Económica, puesto en el que realizó varias funciones entre las cuales estaba el análisis de impacto regulatorio, consulta pública, costeo de trámites y registro público de trámites.
Más tarde, ingresó a la Comisión Reguladora de Energía (CRE) en la época en que Guillermo García Alcocer presidía el organismo. En la CRE, desempeñó roles clave como Director de Monitoreo de Mercado de Petrolíferos y posteriormente Director General Adjunto de Análisis Económico de Gas Natural.
Fue en la CRE donde Montufar adquirió un profundo conocimiento sobre la regulación del sector energético y detectó la necesidad de información confiable y análisis detallados sobre los mercados de combustibles.
Con esta visión en mente se fue configurando un proyecto que después se convirtió en uno de sus principales propósitos de vida y su negocio más importante: PETROIntelligence.
La idea de PETROIntelligence nació a finales de 2018, tras la liberación del mercado de combustibles, y después de que el Gobierno dejara de publicar los precios de referencia de estos.
“Vi que había un vacío en el acceso a datos claros y análisis precisos para los actores del mercado. Sabía que podía aportar valor con una empresa enfocada en eso”, explica Montufar.
Así se fue consolidando la plataforma que ofrece datos y análisis con la misión de brindar inteligencia de mercado en el sector energético, ayudando a empresas, inversionistas y tomadores de decisiones a entender mejor el comportamiento de los precios y la oferta de combustibles en México.
“Al principio fue difícil posicionar la plataforma, darla a conocer, pero esta vez tenía la experiencia y la visión correctas que fui puliendo con los anteriores fracasos. Aprendí de mis errores y supe cómo estructurar el negocio”, señala.
El intestino perforado y una pierna rota
El camino del éxito no solo le cobró en términos financieros, sino también físicos ya que en un periodo particularmente estresante de su vida, después de dejar la CRE a inicios de 2019, llegó el momento en que su cuerpo decidió declararse en huelga.
Un repentino malestar lo llevó a entrar de emergencias a un hospital mientras se encontraba trabajando en Villahermosa, Tabasco.
Alejandro pensó que podrían ser piedras en los riñones, pero la realidad era mucho peor: un intestino se le había perforado y su organismo estaba a punto del colapso.
“Me acuerdo que estaba en el cuarto del hospital hablando por teléfono. De pronto llega una doctora y pregunta quién es el que se siente mal. Le digo que soy yo, la doctora me ve parado y me dice: tú deberías de estar gritando de dolor, traes niveles horribles infección en todo el cuerpo ¿Qué haces parado?”, recuerda Montufar.
Alejandro tuvo que enfrentar una cirugía de larga recuperación, pero el mensaje de su cuerpo era claro: “fue por las malpasadas que evidentemente estaban relacionadas al tema laboral. En la búsqueda de crecer profesionalmente uno descuida su salud”.
Este episodio marcó un antes y un después en su manera de abordar el trabajo y el estrés.
“Aprendí que no puedes quemarte en el proceso. La salud es lo primero, porque sin ella, nada más importa”, reflexiona.
Pero esa no fue la única ocasión en que Alejandro Montufar estuvo al borde de la muerte. En sus años de Universidad sufrió un accidente de automóvil en donde una llanta casi le prensó la pierna, provocándole una fractura grave.
A pesar del dolor, la inmovilidad y los largos meses de recuperación, Alejandro no dejó que la adversidad lo frenara y asistió a presentar sus exámenes en el ITAM en silla de ruedas.
Emprender, emprender, emprender
Actualmente, Montufar ha encontrado un balance entre su vida profesional y personal. Aunque dirige PETROIntelligence con precisión, ha optado por un esquema de home office que le permite disfrutar de la tranquilidad de Mixquiahuala, un lugar que considera su refugio.
“Aquí puedo enfocarme en lo importante, sin el ruido y la prisa de la ciudad”, comenta.
Este modelo de trabajo también ha sido clave en su empresa, permitiéndole atraer talento de otras localidades y fomentar un ambiente más productivo y flexible.
Además de PETROIntelligence, Montufar está desarrollando nuevos negocios, entre ellos una plataforma que concentra los precios de las casas de cambio del AICM, así como su incursión en el rubro inmobiliario en sur de país, además de un próximo portal enfocado en el tema eléctrico, y una enciclopedia que agrupa las aplicaciones y soluciones basadas en Inteligencia Artificial conocidas hasta el momento.
A la par de estos emprendimientos, Montufar sigue con el negocio familiar de la finca de eventos sociales en Mixquiahuala.
Viajes y balas

Pero su vida no gira solo en torno a los hidrocarburos. Su otra gran pasión son los viajes, que iniciaron desde sus años tempranos como estudiante cuando hizo un intercambio en Praga.
Desde entonces la huella de este consultor nómada ha pasado por muchas latitudes que van desde los destinos más típicos de Europa, hasta los más exóticos de Asia, pasando por lugares místicos, como el famoso Camino de Santiago, en España, un viaje inolvidable que realizó en compañía de su padre.
Otro de sus intereses menos conocidos es el tiro con arma y el entrenamiento táctico.
“Es una disciplina que exige precisión, concentración y autocontrol”, explica.
Más que un pasatiempo, lo considera un ejercicio mental que lo ayuda a mantenerse enfocado.
La combinación de estos intereses dibuja el retrato de un hombre que, más allá de los números y los reportes de mercado, busca experiencias intensas que lo desafíen y lo impulsen a superarse.
Seguir generando
Hoy, al frente de PETROIntelligence, no solo lidera un negocio clave en la industria energética, sino que también demuestra que la perseverancia, la pasión y la capacidad de reinventarse son ingredientes esenciales para cualquier emprendedor que aspire a dejar huella.
A pesar de haber alcanzado la estabilidad económica como para no tener la necesidad de seguir trabajando, Alejandro confiesa que su mayor satisfacción proviene de seguir generando conocimiento.
“El dinero te da tranquilidad, pero lo que realmente te mantiene en movimiento es la curiosidad y la posibilidad de seguir aprendiendo y aportando”, concluye.
Su meta no es solo el éxito empresarial, sino seguir aportando valor en la industria y dejar un legado en el sector energético.
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