México no alcanzará la meta gubernamental de producir 1.8 millones de barriles diarios de crudo si no avanza de manera decidida en la explotación de yacimientos no convencionales, coincidieron especialistas durante el Congreso Internacional de Energía 2025.
Los ponentes alertaron que, pese al potencial del país y a los avances tecnológicos disponibles, el desarrollo de shale sigue detenido por falta de decisión política, claridad regulatoria y una narrativa pública que explique sus beneficios.
Antonio Escalera, asesor en Tethys Energía, advirtió que el país “va tarde” y que la inacción podría comprometer la seguridad energética.
“Si no le entramos a lo no convencional, se nos va a caer la producción de aceite”, afirmó.
Señaló que México se está volviendo crecientemente dependiente del gas natural y que es urgente pasar de los foros técnicos a un plan de acción real, aun si el inicio resulta imperfecto.
“Como cuando aprendimos a andar en bicicleta, nos vamos a caer. Pero hay que empezar”, dijo.
Escalera recordó que, incluso si hoy se resolvieran los pendientes regulatorios, la producción masiva de hidrocarburos no convencionales tardaría al menos tres o cuatro años en materializarse, por lo que el país no puede seguir postergando la decisión.
Erick Luna, gerente de negocios en Halliburton, llamó a dejar atrás la parálisis y “pasar a la ejecución”, con información clara para comunidades, autoridades y trabajadores.
“Todo gran paso en la historia fue controversial, pero México sigue viviendo de la renta petrolera. Actuar con coordinación es indispensable: gobiernos, comunidades, academia y empresas”, sostuvo.
Luna insistió en que los proyectos no convencionales pueden generar riqueza compartida, desde empleos y desarrollo regional hasta mayor seguridad energética, siempre bajo controles de riesgo robustos.
El subsecretario de Hidrocarburos de Tamaulipas, Gobrish Mireles, mencionó que sin shale, no habrá forma de sostener la meta sexenal de producción.
“Si no utilizamos los no convencionales, será muy difícil mantener 1.8 millones de barriles diarios”, afirmó.
Destacó que el estado ya analiza alternativas para agilizar los proyectos, como el uso de agua desalinizada para fracturamiento hidráulico, con costos estimados de apenas 0.50 dólares por metro cúbico, y aprovechando la continuidad geológica con los yacimientos del sur de Texas.
Mireles subrayó que Tamaulipas posee ventajas competitivas como proximidad con Estados Unidos, geología favorable e infraestructura instalada, que pueden convertirlo en el epicentro del desarrollo no convencional en México.
“Estamos en otra época tecnológica”, dijo, al afirmar que el país cuenta hoy con mejores herramientas y menor incertidumbre que hace una década.
Los expertos concluyeron que México enfrenta una decisión crítica de avanzar en los no convencionales o resignarse a un declive progresivo en su producción de crudo.
Aunque coinciden en que el país ya perdió tiempo valioso, también sostienen que aún puede recuperarlo si define una ruta clara y comunica con transparencia los riesgos, beneficios y oportunidades de esta industria.
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