
El contar con una estación de servicio cercana implica más que sólo llenar el tanque del automóvil; representa el acceso a una variedad de productos e involucra diversas opciones de marcas y la posibilidad de comparar precios. Es decir, es un factor que impulsa la economía local: facilita y fomenta las actividades productivas, reduce tiempos de traslado y brinda a la población la seguridad de disponer de combustible de forma ágil y rápida, aumentando la productividad y la movilidad.
Sin embargo, esta realidad no es homogénea en todo el país. Mientras que en los grandes centros urbanos existe una amplia oferta de estaciones, en otras regiones el acceso al combustible sigue siendo una tarea complicada que demanda planeación, tiempo y recursos. A estas regiones, se les denomina “zonas desatendidas”.
¿Qué son?
Son aquellas zonas donde los habitantes deben recorrer más de 5 kilómetros lineales para llegar a la estación de servicio más cercana. Aunque parezca una distancia corta, en la práctica —dependiendo de la geografía— puede significar traslados de hasta media hora o más. En comunidades rurales, este tiempo invertido impacta directamente en la productividad y en la calidad de vida.
Un análisis realizado por PETROIntelligence, basado en el Censo de Población y Vivienda 2020 del INEGI y empleando algoritmos de Inteligencia Artificial, identificó que…
Continúa leyendo el artículo en la Revista E21 de octubre 2025.
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