A partir de este martes, Petróleos Mexicanos (PEMEX) y sus filiales dejarán de estar sujetas a la regulación asimétrica que les imponía restricciones especiales en las ventas de primera mano, de acuerdo con un Acuerdo publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) por la Comisión Nacional de Energía (CNE).
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Con la entrada en vigor del documento, quedan derogadas todas las disposiciones que contravengan lo establecido en el nuevo marco regulatorio, poniendo fin al esquema que durante casi una década buscó equilibrar la competencia en el mercado de combustibles.
El Acuerdo precisa que los contratos de ventas de primera mano firmados previamente por PEMEX deberán mantenerse vigentes hasta su migración a contratos de comercialización, conforme lo marca el artículo Séptimo Transitorio de la Ley de Hidrocarburos. Una vez realizado este proceso, cualquier obligación que se oponga al nuevo régimen dejará de aplicarse.
Asimismo, las obligaciones relacionadas con la entrega de información deberán ajustarse a lo dispuesto en la Ley de Hidrocarburos, su reglamento y demás disposiciones administrativas aplicables.
La resolución se enmarca en el Plan Nacional de Desarrollo 2025–2030, dentro del eje de los Cien Compromisos para el Segundo Piso de la Transformación, que contempla el fortalecimiento de PEMEX y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) bajo un enfoque de soberanía energética sustentable. El plan también prevé impulsar la transición hacia energías limpias, modernizar la red eléctrica y avanzar en la electrificación del transporte.
Dentro de esta estrategia, el Gobierno federal reafirma que la producción petrolera de PEMEX estará orientada al consumo interno, con el objetivo de alcanzar una plataforma de 1.8 millones de barriles diarios, reducir las importaciones y consolidar la autosuficiencia energética.
La eliminación de la regulación asimétrica representa un punto de inflexión en la política energética nacional. Dicho mecanismo fue introducido tras la reforma de 2013 para evitar que PEMEX, como agente dominante, limitara la entrada de nuevos participantes al mercado.
Su desaparición marca el retorno a un esquema en el que la empresa estatal operará con mayor libertad, bajo el argumento gubernamental de reforzar su papel estratégico en la seguridad energética del país.
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