Petróleos Mexicanos (PEMEX) tiene un periodo de año y medio para sanear sus finanzas y encontrar un camino hacia la sostenibilidad financiera sin apoyo estatal, ya que la empresa ha reconocido que si se eliminan las aportaciones de capital que ha hecho el Gobierno Federal desde 2019, su capacidad de pago de deuda puede estar comprometida.
De acuerdo con un análisis del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), esto significa que la petrolera tiene un plazo máximo de año y medio para sanear sus finanzas y encontrar un modelo sostenible que le permita cubrir sus obligaciones sin ayuda estatal.
La empresa carga actualmente con una deuda financiera total de 98.8 mil millones de dólares, y el plan contempla reducirla a 78.9 mil millones para 2030.
Para ello, se anunció la creación de un fondo de 250 mil millones de pesos que en 2025 servirá tanto para nuevos proyectos, incluidos mixtos con inversión privada, como para pagar parte de los 430 mil millones de pesos que adeuda a contratistas y proveedores.
“En este sentido, el anuncio del fondo de inversión es una noticia positiva en la medida que se considere como un punto de partida y se trabaje activamente para crecer los recursos disponibles para nuevos proyectos”, menciona el IMCO.
También se mantendrán las capitalizaciones del Gobierno en 2025 (136.2 mil millones de pesos) y 2026, así como el uso de instrumentos como las notas pre-capitalizadas, que en julio aportaron 12 mil millones de dólares en liquidez.
En el ámbito productivo, PEMEX plantea elevar su producción de crudo y condensados a 1.8 millones de barriles diarios desde los 1.6 millones actuales, el nivel más bajo desde la década de 1970. También busca aumentar la producción de gas natural a 5 mil millones de pies cúbicos diarios para 2028, incluyendo la explotación de yacimientos no convencionales, a pesar de que carece de experiencia técnica en ese tipo de desarrollos.
El IMCO advierte que, para alcanzar sus metas, PEMEX deberá agilizar pagos, ejecutar proyectos con criterios claros de rentabilidad y asociarse con empresas con experiencia en áreas de alta complejidad.
Además, alerta que no existe un plan integral para revertir las pérdidas crónicas en refinación, lo que podría limitar la efectividad de las inversiones anunciadas.
En este escenario, el reloj corre ya que sin un cambio estructural y un repunte sostenido en su operación, PEMEX corre el riesgo de no cumplir su meta de independencia financiera y mantener, más allá de 2027, su dependencia de la inyección de recursos públicos para mantenerse a flote.
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