Fitch Ratings anunció una mejora en la calificación de Petróleos Mexicanos (PEMEX) de ‘B+’ a ‘BB’ y eliminó la “vigilancia positiva” que mantenía sobre la empresa. La nueva calificación viene acompañada de una perspectiva estable, lo que representa un respiro significativo para la petrolera estatal mexicana en medio de sus persistentes desafíos financieros.
La mejora obedece principalmente a la ejecución de una operación financiera por 12 mil mdd, diseñada para refinanciar vencimientos de deuda bancaria previstos para 2025 y 2026. Este movimiento estratégico fue facilitado por el gobierno mexicano, fortaleciendo la percepción de respaldo soberano hacia la empresa productiva del Estado.
Como resultado, Fitch modificó su evaluación del subfactor “precedentes de apoyo” desde “no suficiente” a “fuerte”. Esta mejora incrementó el puntaje de vinculación entre PEMEX y el soberano de 25 a 30 puntos.
Además del ascenso en la calificación ligada al respaldo gubernamental, Fitch también elevó el perfil crediticio independiente de PEMEX de ‘ccc-’ a ‘ccc’, destacando una mejora en la liquidez derivada del refinanciamiento.
No obstante, Fitch Ratings advirtió que la posición financiera de la empresa sigue siendo débil si no se considera el apoyo estatal.
Según datos actualizados a junio de 2025, Pemex mantiene una deuda de 98 mil 800 mdd, con pagos de intereses trimestrales de 2 mdd; asimismo, Fitch también estima que el apalancamiento total supera las 15 veces, lo que refleja una presión estructural considerable.
La agencia también hizo hincapié en los riesgos operativos que enfrenta la petrolera nacional, incluyendo problemas ambientales, accidentes en refinerías, y una baja inversión en exploración y mantenimiento, lo que podría seguir deteriorando sus niveles de producción. La combinación de estos factores limita el potencial de generación de efectivo y debilita la sostenibilidad operativa de la petrolera.
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