En el mundo empresarial hay quienes caminan con cautela, paso a paso, cuidando el terreno. Pedro Aguirre Portilla no es de esos, prefiere el salto, la inmersión, la aventura, literalmente.
Al CEO de Verifigas le apasiona el buceo, no el turístico, no el recreativo de playa y esnórquel, sino que bucea con tiburones y mantarrayas gigantes en aguas profundas. Explora arrecifes, naufragios, corrientes frías y cálidas. Baja al fondo del mar porque ahí, dice, descubre cuán pequeño es el ser humano frente al universo. Es su terapia contra la rutina y su mejor ejercicio de perspectiva.
Lo curioso es que ese mismo enfoque, el de lanzarse a lo desconocido con respeto y estrategia, lo aplica en los negocios. Verifigas, la empresa que fundó, no solo es una compañía de verificación y tecnología para el sector energético: es un proyecto que transformó un nicho técnico en un servicio con rostro humano, donde las inspecciones no son trámites burocráticos sino herramientas para hacer bien las cosas. De fondo, lo mueve una filosofía personal: hacer todo con excelencia o no hacerlo.
El “nerd” de Poza Rica que se convirtió en empresario
Pedro nació en Poza Rica, Veracruz, en una familia de clase media. Creció rodeado de un entorno modesto, con padres que le enseñaron un valor que hoy repite como mantra: “Haz siempre lo correcto, aunque no sea lo fácil”.
Su infancia transcurrió entre libros, matemáticas y pesca en altamar con su papá. De esos días le quedó un amor profundo por el mar y una costumbre que aún conserva: cuando puede, se escapa con sus hijos a pescar o bucear, como lo hacía en las costas del Golfo.
Aunque de niño era introvertido y, como él mismo dice, “muy nerd”, un maestro de secundaria cambió su vida. Le enseñó que de nada sirve saber mucho si no puedes comunicarlo. A partir de ahí, aprendió a hablar, a transmitir ideas y a convertir conocimiento en acción.
Estudió sistemas, obsesionado con las estadísticas. “Las matemáticas no mienten”, dice, y esa obsesión por los datos lo llevó a desarrollarse profesionalmente en empresas tecnológicas, desde donde dio el salto al sector energético.
De becario a fundador de un referente en verificación energética

Pedro inició su vida laboral dando tutorías y trabajando de becario, mientras cursaba su maestría. Su carrera despegó rápido, pues trabajó para empresas multinacionales en Argentina, Colombia, Venezuela y Estados Unidos.
Pero en 2011 decidió romper el molde. Fundó su primer proyecto con pocos recursos, mucho entusiasmo y un par de clientes que aún hoy lo acompañan.
Así nació Verifigas, una empresa mexicana que hoy opera en seis países y es referente en verificación e inspección de combustibles. ¿Su diferencial? Pedro lo explica sencillo: “No hacemos el trámite por cumplir, hacemos que las cosas pasen bien, con orden, con documentación impecable y sin pretextos”.
Verifigas es hoy uno de los jugadores clave en el sector energético mexicano en temas de distribución y calidad. La empresa no solo realiza auditorías, sino que diseña metodologías avaladas por estándares internacionales, bajo modelos que pocas compañías de América Latina alcanzan.
“Nos ven como los más estrictos, y está bien: mejor ser el auditor confiable que el complaciente”, dice con una sonrisa que se percibe detrás del teléfono.
Aventurero, inquieto, explorador
Fuera de las oficinas y las juntas corporativas, Pedro Aguirre cambia el traje por el equipo de buceo o el paracaídas.
Ha buceado en Hawái, Panamá, Colombia, Perú, Estados Unidos y, sobre todo, en México, donde dice que los arrecifes son de los mejores del mundo.
Le gusta esa sensación de perder la noción del tiempo bajo el agua. “Es como tener una conversación que te absorbe tanto que olvidas el reloj”, cuenta.
También ha practicado paracaidismo en Dubái y automovilismo en la Baja 1000 y la Coahuila 1000, carreras extremas en desierto y montaña. Pero, aclara, esas etapas ya fueron quedando atrás.
“Hoy prefiero un buceo tranquilo a 30 metros de profundidad antes que correr a 150 kilómetros por hora en tierra”, afirma.
Más allá del dinero, un proyecto de vida
Con varias empresas en marcha, una tecnológica, una de logística cross-border y una fintech en expansión entre México y Estados Unidos, Pedro podría decir que ya alcanzó su meta financiera. Pero para él, el éxito no se mide en ceros.
“Mi proyecto más importante es mi familia”, dice sin titubear.
Para alguien que vive viajando y creando negocios, el mayor reto es estar presente en casa, ser parte activa en la vida de sus hijos y mantener el equilibrio entre el trabajo y lo personal.
“Puedes tener dinero, puedes tener negocios, pero si no estás con los tuyos, eres un fracaso”, concluye.
Pedro Aguirre es un empresario que construyó su vida entre el riesgo calculado, la curiosidad y el amor por el mar. Hoy lidera empresas, pero sigue buceando, porque sabe que mirar hacia abajo y entender tu pequeñez es la mejor forma de mantener los pies en la tierra.
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