El Gas Natural Licuado (GNL) representa una alternativa transitoria con menor impacto ambiental para el sector minero en zonas remotas, sugirió Énestas.
“Buscamos llevar energía más limpia y competitiva a donde la red de gasoductos no llega. El GNL permite a las minas mejorar su rentabilidad, reducir su huella ambiental y cumplir con los estándares internacionales”, indicó Caio Zapata, CEO de Énestas.
En este sentido, entidades como Chihuahua, Durango, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, San Luis Potosí, Sonora y Zacatecas son los principales empleadores del sector. En tanto, el INEGI reportó que esta industria contribuyó al 8.6% del PIB.
De acuerdo con estimaciones de la Agencia Internacional de Energía (IEA), el uso de GNL puede reducir hasta un 30% las emisiones de dióxido de carbono (CO₂) en comparación con otros combustibles fósiles, además de disminuir de forma significativa la emisión de partículas contaminantes y óxidos de nitrógeno.
La transición energética no es solo una tendencia global, sino también una necesidad alineada con los compromisos ambientales del país. De acuerdo con el Programa para el Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (PRODESEN) 2024, publicado por la Secretaría de Energía, subraya la urgencia de reducir la dependencia de combustibles fósiles pesados y avanzar hacia una matriz energética más limpia y diversificada. En ese sentido, el GNL se presenta como un eslabón intermedio clave para avanzar hacia tecnologías aún más limpias.
México se encuentra en un punto de inflexión para acelerar su transición energética. Adoptar soluciones como el GNL en sectores estratégicos como la minería no solo mejoraría la competitividad del país, sino que también contribuiría a un desarrollo industrial más equilibrado, sustentable y con visión de largo plazo.
Comenta y síguenos en X: @Energy21Mx