La imposición de un arancel del 25% a partir del próximo 12 de marzo a las exportaciones mexicanas de acero y aluminio por parte de Estados Unidos, se perfila como una amenaza real a la economía mexicana, especialmente en la industria manufacturera, el comercio internacional y las relaciones bilaterales entre México y su principal socio comercial.
Pese a que no es una medida sólo contra México, sino a todas las importaciones de acero y aluminio que el vecino país realice desde el extranjero, los efectos se traducirán en mayores costos de producción de sectores clave como la industria automotriz, la construcción y la manufactura en general, se incrementa el precio final de los productos y se comprometen las cadenas de suministro, advirtió la Asociación de Agentes Aduanales de Aduanas Metropolitanas, Ciudad de México (AAADAM).
La importancia estratégica de estos materiales para nuestra economía y para sectores como la industria automotriz, es que generó más de 4 millones de vehículos y exportó el 80% de su producción, en su mayoría a Estados Unidos durante el año pasado.
“Un aumento en el precio del acero, derivado de la aplicación de estos aranceles, pondría en peligro miles de empleos y podría afectar la competitividad de nuestra manufactura. Igualmente, la industria de la construcción, que representa el 6.8% del PIB nacional, se vería gravemente afectada por el encarecimiento de los materiales de construcción”, indicó.
La industria automotriz mexicana quedaría en riesgo ante tal medida porque los componentes de un automóvil pueden cruzar la frontera entre México y Estados Unidos 8 veces y en contadas ocasiones llega a duplicarse antes de que el vehículo final sea ensamblado y vendido, debido a la compleja integración de la industria en América del Norte, donde las piezas y subconjuntos se fabrican en diferentes plantas en ambos países antes de llegar a la línea de ensamblaje final.
Algunos ejemplos incluyen motores y transmisiones que se ensamblan en México y luego se envían a Estados Unidos para su integración; chasis y carrocerías que cruzan de un país a otro para su estampado, pintado o ensamblado, así como componentes electrónicos, como tableros y sensores, que pueden moverse varias veces entre plantas especializadas.
Este dinamismo es posible gracias al T-MEC, que permite el libre flujo de autopartes y componentes sin aranceles, siempre y cuando cumplan con las reglas de origen del tratado, añadió.
Comenta y síguenos en X: @Adri_Telecom / @Energy21Mx