La contaminación generada por la refinería de Tula, la termoeléctrica y las cementeras instaladas en la localidad, podría mitigarse mediante la reconversión de sus procesos con una Planta Termosolar, indicó la Fundación Desarrollo Sustentable y Cambio Climático.
Este proceso permitiría producir suficiente energía eléctrica a partir de procesos limpios y cuatro Plantas Captadoras de CO2 de un millón de toneladas por año cada una, indica la fundación
Víctor Gómez Navarro, presidente de la Fundación en el estado de Hidalgo, también dio a conocer que existe la posibilidad de tratar las aguas negras del Río Tula con energía limpia, así como remediar sitios agrícolas con base en la inyección de microorganismos que absorban la gasolina derramada, metales pesados y residuos contaminantes que llegan del drenaje de la Ciudad de México a la presa Endhó.
Hizo hincapié en abordar el problema de la contaminación atmosférica en la región Tula-Tepeji-Atitalaquia, afectada por la contaminación industrial y de aguas residuales; enfatizó la importancia de desarrollar e implementar estrategias efectivas para mitigar y adaptarse al cambio climático, así como promover el desarrollo sustentable.
Conocida como el Chenobyl mexicano, la zona de Tula de Allende alberga en el municipio cuatro grandes factores contaminantes, de los cuales tres no sólo son un grave peligro para los habitantes de esta ciudad insignia de la cultura tolteca, sino que también para el aire que respiran otros municipios hidalguenses como Tepeji del Río y Atitalaquia; los mexiquenses de Apaxco, Tequixquiac, Huehuetoca, Zumpango, Coyotepec, Teoloyucan, Melchor Ocampo, Cuautitlán, Cuautitlán Izcalli, Tultepec, Tultitlán y Coacalco, hasta finalmente llegar a la Ciudad de México donde la contaminación se concentra por ser el Valle de México una especie de embudo y genera contingencias ambientales de forma continua, como ha ocurrido en los últimos días.
“El mayor de los infiernos ambientales de México concentra a la refinería Miguel Hidalgo de Pemex, que produce el combustóleo con el que opera la Central Termoeléctrica Francisco Pérez Ríos de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), y entre ambas aportan casi el 90 por ciento del Dióxido de azufre (SO2) y el 80 por ciento de Óxidos de Nitrógeno (NOx) de la emisión total en el estado de Hidalgo”, destaca.
El otro son las seis empresas cementeras de capital privado, las cuales en sus procesos queman desde llantas hasta empaques, basura plástica y residuos de las industrias alimenticia y refresquera, quema conocida como coprocesamiento, y produce contaminación ambiental como emisión de gases de efecto invernadero (GEI), compuestos orgánicos persistentes (COP), así como metales pesados y muchas otras sustancias tóxicas que provocan alteraciones hormonales, cognitivas e inmunológicas.
La solución para evitar los altos índices de contaminación en Tula y la región, y acabar con este infierno ambiental que llega hasta la capital del país, es la transformación de los procesos de generación de energía, con la construcción de una Planta Termosolar en las 679 hectáreas donde se iba a construir la refinería dos sexenios atrás y cuatro 4 Plantas Captadoras de CO2 de un millón de Ton/año cada una, indicó.
Las centrales solares térmicas o termosolares utilizan la radiación del sol para calentar un fluido a través de un ciclo termodinámico, expandirlo en una turbina y producir la potencia mecánica suficiente para mover un alternador y así producir la energía eléctrica que proviene de una fuente gratuita e inagotable, así como inofensiva con el medio ambiente.
Las ventajas de instalar dicha Planta Termosolar, dijo Gómez Navarro, serían que no se invertiría en terrenos porque son propiedad de Pemex; se encuentra cerca de la mayor mancha urbana del país; sus condiciones topográficas y geotécnicas son las adecuadas y está en la Zona limítrofe del Valle del Mezquital, donde se cuenta con una alta radiación solar para hacerla muy funcional, añadió.
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