En un contexto global en el cual la sostenibilidad y la disminución de la huella de carbono son prioridades, la adecuada gestión y eficacia energética en los procesos industriales se vuelven factores clave que pueden contribuir de forma positiva a estos objetivos, particularmente en la cadena de producción de proteína de origen animal.
En este sentido, la industria de alimentos balanceados para animales ha tomado conciencia de la importancia del uso eficiente de la energía, debido a su necesidad de mejorar la rentabilidad de su operación y al compromiso de los líderes de la industria para construir un futuro más sostenible.
Es claro que la correcta administración de los energéticos en la producción de alimentos puede disminuir hasta un 25% los gastos derivados de este proceso. Incluso, el impacto puede manifestarse en un incremento de la competitividad, dado que captan a consumidores más exigentes y comprometidos con el cuidado del medioambiente.
Visto en otra perspectiva, maximizar la utilización de energía en cada fase del proceso productivo, desde la obtención de materias primas hasta el embalaje del producto final, también fomenta una disminución notable en las emisiones de gases de efecto invernadero, protege los recursos naturales y favorece un planeta más sano.
Pero sus efectos van más allá, puesto que una producción más eficiente y sostenible garantiza un suministro estable de alimentos para animales, lo que a su vez contribuye a la seguridad alimentaria. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) dio a conocer que el año pasado 733 millones de personas pasaron hambre, lo que equivale a uno de cada 11 individuos en el mundo.
Considerando estas cifras, es necesario hacer un repaso de todos los factores que contribuyen y fomentan la pobreza alimentaria para encontrar soluciones, y aunque muchos de ellos son factores externos, otros como el control energético adquiere relevancia al ser un elemento en el cual se puede intervenir en buscar mejoras.
Algunos ejemplos tangibles del aprovechamiento energético de la industria de alimentos balanceados, los podemos encontrar en el sector ganadero, en el cual al año se procesan más de 726 mil toneladas de desperdicios que se utilizan como subproductos para la generación de biodiesel, diésel renovable e ingredientes inocuos, que permiten la creación de otros alimentos balanceados y alimento de mascotas.
Otro caso concreto se da en la producción y uso de biocombustible elaborado con grasas recicladas de origen animal, en el que se genera una cantidad menor de dióxido de carbono (CO2), en comparación con las emisiones de diésel en plantas convencionales.
Sin duda la tecnología e innovación desempeñan un papel fundamental en la mayor eficiencia energética en la producción de alimentos balanceados. Hoy en día podemos encontrar alternativas con un menor impacto ambiental, pero igual de eficientes, tales como: energía solar, térmica, eólica, fotovoltaica, entre otras, las cuales ya se encuentran presentes en los procesos productivos de la industria.
Aunque hay avances, uno de los mayores retos para el sector sin duda homologar la adopción de tecnologías alternativas en la captación y uso eficiente de energía, optimizar procesos, mejorar equipo e incluso capacitar al personal en el manejo adecuado de las mismas.
La eficiencia energética en la producción de alimentos balanceados es un desafío que requiere un enfoque integral y la colaboración de todos los actores involucrados en la cadena de valor. Al adoptar medidas para reducir el consumo energético, podemos construir un futuro más sostenible y garantizar la seguridad alimentaria a las generaciones venideras ¡Construyamos un mundo mejor para todos!
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P E R F I L Presidente del Consejo Nacional de fabricantes de Alimentos Balanceados y de la Nutrición Animal (CONAFAB).