La reforma energética aprobada recientemente por el Congreso de la Unión pone en riesgo a la competencia y a los consumidores, al concentrar la mayor parte del mercado en Petróleos Mexicanos (PEMEX) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), advirtió la COPARMEX.
“La posibilidad de que la CFE y PEMEX concentren una parte significativa del mercado energético amenaza con limitar la competencia y frenar el avance hacia un modelo energético democratizado y descentralizado, que permita a los consumidores generar su propia energía y reducir costos”, indicó el organismo.
De consolidarse esta tendencia, se contravendría el derecho de los mexicanos a un mercado justo y a un sistema eléctrico que responda a sus necesidades, destacó.
Solicitó generar entorno propicio para la participación equitativa de los diversos actores del mercado, incluyendo las pequeñas y medianas empresas, quienes se verán directamente impactadas por los cambios planteados.
“La propuesta de otorgar un rol predominante a la CFE genera dudas sobre la imparcialidad y viabilidad del despacho eléctrico”, indicó.
La ausencia de un operador del sistema independiente, como el CENACE, representa un riesgo significativo. Esto podría afectar no solo la seguridad de la red sino también la confianza de los inversionistas, quienes requieren reglas claras para operar y expandir la infraestructura energética en el país, advirtió.
Además, a los empresarios les preocupa la falta de claridad sobre cómo se garantizará que la CFE cumpla con su proporción de generación del 54%, y qué ocurrirá en caso de que supere esta cuota o no la alcance.
Estas ambigüedades generan incertidumbre para el 46% restante del mercado, reservado a empresas privadas, y podrían desplazar a fuentes de energía limpias y sustentables, como la solar y eólica, en favor de opciones de mayor impacto ambiental. Esta situación pone en riesgo los avances hacia una transición energética limpia que debería guiar el desarrollo del sector eléctrico, indicó la COPARMEX.
La redacción actual de la ley también plantea desafíos para el financiamiento de nuevas inversiones.
Esta falta de certidumbre desalienta a los inversionistas nacionales e internacionales y afecta principalmente a las PYMES, quienes no cuentan con las mismas facilidades de acceso a crédito y financiamiento en un ambiente de riesgo elevado. Esto encarece el costo de desarrollo e impide que nuevas fuentes de generación eléctrica se sumen al mercado, añadió.
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