México debe acelerar la transición energética hacia combustibles más limpios o podría ahogarse en sus emisiones contaminantes, ya que el 82% de la matriz energética sigue conformada por combustibles fósiles, dijo Néstor Luna, director general del Centro Internacional de Excelencia para América Latina en la ONU.
“Estamos en una matriz apoyada en combustibles fósiles, el 82% de la energía primaria depende de ese insumo y debemos empezar a descarbonizar mediante el proceso de transición energética, si no lo aceleramos vamos a estar ahogados por la cantidad de emisiones contaminantes de la matriz energética en transformación y generación”, dijo el experto.
Durante el webinar “Energía Inteligente: Cómo reducir emisiones y aumentar la competitividad”, Néstor Luna dijo que el 62 por ciento de emisiones en México dependen del sector energía, que se componen de las “emisiones fugitivas” que se escapan en el proceso de producción y transformación energética, y el otro es la quema de combustibles fósiles.
“Son 380 megatolenadas de CO2 equivalente; México contribuye con 1.2 por ciento a nivel mundial de estos valores”, afirmó.
De no tomar acciones inmediatas, la región de América Latina tendría un impacto de 5% en el PIB y hacia 205, ese impacto podría ir de 5% a 11%.
Carlos Aurelio Hernández, presidente Comisión Nacional Energía de la COPARMEX, consideró necesario impulsar la generación distribuida y que se permita su desarrollo dentro de la reciente reforma energética que aprobó el Gobierno federal.
Explicó que en estados de otros países como California o Texas se permiten 10 MegaWatts (MW) de capacidad instalada en generación distribuida, en Brasil 5 MW, pero en México “estamos limitados a un proceso regulatorio para poder brincar al MW con el abasto aislado”.
“Claramente las empresas estamos en desventaja, porque allá sí tienen las herramientas para muy fácilmente poder generar hasta 10 MW y cubrir el 100% de sus necesidades con sus propias inversiones”, dijo.
Aidana Velázquez, gerente de relaciones institucionales de Enligh, dijo que las microrredes podrían ser un elemento cuya implementación podría impulsar la transición energética, con una aplicación potencial en centros de enseñanza, comunidades universitarias, pero también en el sector comercial e industrial.
“Se estima que el mercado de microrredes tiene un valor de 11 millones de dólares para 2024, y va a crecer en 16% en los próximos años”, aseveró.
Oscar Ocampo, experto en energía del IMCO, añadió que estas redes son ideales para parques industriales ubicados en zonas apartadas, pero para que se concreten los proyectos se necesitan regulaciones claras y predecibles.
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