Agustín Díaz Lastra, comisionado presidente de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), subrayó que la política energética de México ha priorizado históricamente la extracción de hidrocarburos dejando en segundo plano la exploración, lo cual ha afectado la sostenibilidad de la industria en el largo plazo.
“La exploración de hidrocarburos se asemeja a la raíz que desde el subsuelo le permite al árbol que está en la atmósfera, producir los frutos”, contrastó.
Apuntó que de ninguna manera la exploración constituye un mal necesario, por el contrario, es un bien verdadero, aunque bastante mal comprendido y atendido.
Aunque reconoce los beneficios inmediatos que la extracción ha brindado al país, Díaz Lastra advirtió que dicha estrategia no es sostenible, especialmente ahora que México ya no está en una etapa de grandes descubrimientos de hidrocarburos, lo que exige una visión estratégica que incluya una mayor inversión en la búsqueda.
“Nos encontramos en una tendencia inversa a la que prevalecía hasta los años 70 del siglo XX, cuando México descubría y empezaba a extraer grandes yacimientos”, añadió.
El comisionado también destacó que, a pesar de que las reservas de hidrocarburos del país han sido extraídas en su totalidad gracias a grandes esfuerzos, éstas no han sido el resultado de una planificación explícita y efectiva.
En ese sentido consideró vital hacer una planeación entre las instituciones gubernamentales del Estado mexicano y con todos los participantes en la industria de los hidrocarburos, a fin de que las más altas autoridades del país tomen las mejores decisiones posibles para un horizonte al año 2030 y más.
“Una alternativa podría ser establecer una cartera multianual mínima de proyectos para exploración con cantidades presupuestales establecidas, ligadas a volúmenes que se extraigan anualmente del subsuelo”, propuso.
“Si las cantidades de extracción de hidrocarburos resultan ser directamente proporcionales a la exploración, consecuentemente podemos concluir que las inversiones en exploración deben calcularse como una función directamente proporcional de los volúmenes extraídos”, abundó.
Agregó que la falta de inversión y de un plan a largo plazo en exploración puede tener consecuencias negativas no sólo para la industria de hidrocarburos.
“La falta de continuidad en los estudios sobre recursos prospectivos implica que si en el futuro se decide extraer hidrocarburos en aguas profundas o en formaciones no convencionales, entonces tendrá que esperarse quizá un lustro a partir de que se decidiera asignar fondos presupuestales para que puedan descubrirse cantidades comerciales extra”, alertó.
Díaz Lastra participó en la Convención Nacional Petrolera 2024, organizada por la Asociación Mexicana de Empresas de Hidrocarburos (AMEXHI).