La debilidad crediticia de Petróleos Mexicanos (PEMEX) obstaculizan la transición energética de México, consideró la agencia calificadora Moody’s Ratings.
En su reporte denominado “Las compañías petroleras nacionales luchan por conciliar las metas gubernamentales de reducción de emisiones de carbono”, la calificadora apuntó que, como país signatario del Acuerdo de París, México se ha comprometido a reducir sus emisiones de GEI en un 35% para 2030, sin embargo, la estrategia del Gobierno de apoyar a PEMEX y su fuerte dependencia de los combustibles fósiles para la generación de electricidad, incrementa la preocupación por la viabilidad de estos objetivos.
“La falta de transparencia de México en su actualización de las contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC, por sus siglas en inglés) y su priorización del uso de combustibles fósiles indican una regresión en sus políticas climáticas”, enfatizó Moody’s.
En el histórico destaca la contribución del sector energético en el aumento de emisiones GEI del país que, por ejemplo, se elevaron 51% entre 1990 y 2019.
Subrayó que petrolera estatal haya presentado su Plan de sostenibilidad y apunta a reducir en un 61% la intensidad de emisiones de GEI de su propia producción de petróleo y gas al tiempo de reducir la intensidad de emisiones en su proceso de refinación en un 40% y su procesamiento de gas natural en un 60% para 2030.
Sin embargo, preocupa la fuerte dependencia de México del gas natural para la generación de electricidad y su estrategia de apoyar a PEMEX no se corresponden con su compromiso de reducir las emisiones de GEI.
“El principal riesgo crediticio de PEMEX es que enfrenta un flujo de efectivo libre negativo y una liquidez muy débil, lo que genera incertidumbre sobre cómo financiará las inversiones de capital necesarias para alcanzar sus objetivos de emisiones”, cita el documento.
PEMEX afirma que su estrategia actual se centra en la eficiencia operativa, con inversiones a corto y mediano plazo solo para iniciativas de mantenimiento y rehabilitación relacionadas con factores ESG. Para las iniciativas a largo plazo, la compañía buscará financiamiento externo.
“Estimamos que PEMEX necesita un presupuesto de capital anual de unos 14 mil millones de dólares para mantener sus operaciones y producción de petróleo, en comparación con los 20 mil millones si se propusiera cumplir con sus objetivos. Por lo tanto, incluso con un plan disponible, sus estrategias para reducir emisiones siguen dependiendo del éxito con el que pueda financiarlas e implementarlas”, sentenció.
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