“La CFE no puede ni podrá sola contar con la infraestructura de generación eléctrica que está requiriendo la región ni la que proyecta la demanda del país para los próximos años”, indicó Juan Carlos Machorro, socio de la firma encargado en la división transaccional.
El especialista señaló que las autoridades deben tomar esquemas de colaboración con inversionistas no gubernamentales.
De acuerdo con el apartado de ‘Proyectos no presupuestales’ del Programa de Inversiones del Fideicomiso de Inversión (FMI), la CFE tiene en sus planes el desarrollo de 6 centrales de ciclo combinado y 2 a base de turbinas de gas en su fase I para mayo de 2024.
Norma Álvarez, experta en derecho energético y regulatorio de la firma, indicó que, con base en los datos presentados en los reportes oficiales, los proyectos están lejos de la realidad, pese a que la CFE prevé que a finales de la administración la capacidad de generación eléctrica aumente al 61 por ciento, el abasto es muy distante por el incremento de la demanda.
“Aunque la CFE prevé que para finales de esta Administración la capacidad de generación eléctrica producida por la CFE aumentará en un 61%, el abasto está muy distante de cubrir la demanda creciente de electricidad. Si a eso sumamos la creciente demanda que traerá el nearshoring, el sureste quedará todavía más relegado de una promesa de desarrollo”, apuntó la especialista.
Ambos coincidieron en que los proyectos de la CFE están inconclusos por el presupuesto limitado del fideicomiso maestro de la CFE. Sin embargo, Álvarez consideró importante que la terminación de los proyectos para contar con mayor capacidad de generación, aunque después se requieran otras centrales para la distribución energética en México.
“La CFE necesita apoyo para la implementación de los proyectos estratégicos del sureste, a fin de detonar un desarrollo que se traduzca en bienestar en la región”, concluyó Machorro.
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