El principal desafío en este año para el sector petrolero será enfrentar y manejar las ineficiencias en exploración y producción, manteniendo un enfoque resiliente que maximice los recursos disponibles para mantener niveles estables de producción, detalla un análisis de EY.
“Este año podemos esperar que los actores de la industria intenten aumentar la búsqueda de nuevos yacimientos, por lo que deben enfocarse en soluciones de medioambiente, salud, y seguridad (EHS) para buscar la continuidad de la producción y procurar una operación segura”, indica la consultoría.
En lo que se refiere a la refinación y distribución, podemos esperar que continúen los esfuerzos por utilizar el sistema de refinación nacional para reducir las importaciones, y ampliar la administración del gobierno sobre la producción y comercialización de combustibles, indica.
En cuanto al sector de gasolineras, se pueden esperar esfuerzos para obtener mayores ingresos en negocios de no combustibles (tiendas de consumo y de conveniencia; tintorerías, panaderías, etc.) y productos asociados a los coches (refacciones y mantenimiento). Este sector buscará la fidelización del consumidor, con herramientas como programas de lealtad, y digitalización.
En materia de minería el desafío será la necesidad de operaciones responsables y sostenibles, donde la extracción se realice de manera ambiental y socialmente consciente, respetando las regulaciones y protegiendo los ecosistemas.
“También se prevé que permanezca la volatilidad de los precios de los metales y la complejidad logística por cuestiones geopolíticas, lo que afectará la rentabilidad de las operaciones mineras”, sostiene.
La competencia global y las fluctuaciones del mercado requieren una gestión financiera efectiva para garantizar la sostenibilidad de las empresas, presionando y acelerando la búsqueda por más productividad en las operaciones y optimización de costo.
La asignación de inversiones de capital en la minería también tiene desafíos debido a la naturaleza a largo plazo de los proyectos, la obtención de financiamiento, las incertidumbres geológicas y geotécnicas, los riesgos ambientales y sociales, así como la competencia por recursos y concesiones.
Además, la adopción de tecnologías digitales se está volviendo cada vez más relevante en la minería. La automatización, analítica de datos, el Internet de las Cosas (IoT) y la inteligencia artificial (IA) ofrecen oportunidades para mejorar la eficiencia operativa y la seguridad, además de permitir una gestión más precisa de los recursos minerales. Sin embargo, el tema de ciberseguridad debe seguir como una prioridad para atender en el sector.
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