El robo de gas LP por parte de bandas del crimen organizado es un fenómeno que sólo se observa en México y cuyos efectos impactan el 10 por ciento de las inversiones de la industria, señalaron representantes nacionales e internacionales del sector.
“Es raro lo que vemos aquí para mi es único lo que sucede en México, porque no lo hemos observado en ningún otro país”, dijo en entrevista James Rockal, director de la Asociación Mundial de Gas LP (WLPGA, por sus siglas en inglés).
“Para eso se necesita de una cadena de cooperación de muchos integrantes y me sorprende la magnitud que ha alcanzado, al grado de que las compañías legalmente establecidas no pueden competir con la venta ilegal del combustible”, abundó.
Carlos Serrano, presidente Ejecutivo de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Gas L.P. (Amexgas), explicó que las bandas que roban gas lo transportan a través de pipas que no están registradas ni regularizadas ante la autoridad, lo que representa un riesgo para la seguridad de las personas por la alta volatilidad del combustible.
“Pedimos que este ilícito se combata y se elimine, porque ha crecido y no vemos que haya un programa efectivo contra la extracción y distribución ilegal. El problema afecta a entidades como el Estado de México, la Ciudad de México, Puebla, Veracruz Hidalgo y Tlaxcala”, puntualizó.
Tan solo en el Estado de México hay más de 180 estaciones que operan sin permiso a la vista de todos, y las autoridades no están haciendo operativos para pedirles su documentación, denunció.
El robo de gas LP representa cerca del 10 por ciento del mercado, lo que afecta en la misma magnitud las inversiones de las compañías que operan conforme a la ley, añadió Serrano.
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