México figura dentro del listado de países más expuestos a desastres por el cambio climático como incendios forestales, sequías y ciclones, entre otros que representan un peligro para la población y el equilibrio de los ecosistemas, alertó la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).
En el documento “Monitor del clima 2022” publicado hoy por el organismo internacional, explica que en México hay 632 mil km2 de áreas forestales expuestas a riesgo de incendio muy alto o extremo.
“Los incendios forestales están aumentando y concentrándose en países y regiones específicos, con resultados desastrosos. El 20 por ciento de la tierra quemada a nivel mundial ocurrió en diez países entre 2017 y 2021”.
De estos 10 países, tres son economías de ingresos altos (Australia, Canadá y Estados Unidos), seis son economías de ingresos medianos altos (Argentina, Brasil, China, Colombia, México y Sudáfrica) y uno es un país de ingresos bajos (India).
“Aproximadamente el 10 por ciento de la población de India, México y Sudáfrica, y del 5 al 10 por ciento de la población de Chile, Costa Rica e Israel viven en áreas con un peligro muy alto de incendios forestales”, alerta el organismo.
“Esto plantea un problema para esos países y afecta los esfuerzos de mitigación a nivel mundial, lo que sugiere amplias disparidades en términos de limitaciones laborales, necesidades de financiamiento, implementación de políticas contra incendios forestales y capacidad de afrontamiento”, indicó la OCDE.
Ciclones
Por otro lado, la institución detalla que el aumento de ciclones también se debe a las anomalías en el cambio climático, lo cual representa riesgo de derrumbes para la infraestructura instalada.
Los países más expuestos son Japón, Corea y México, donde más del 60 por ciento de sus poblaciones y áreas edificadas están expuestas a vientos con velocidades superiores a 119 km por hora.
Japón es el país más expuesto a tormentas violentas, con casi el 80 por ciento de su población expuesta a ciclones de categoría 3 o superior, con vientos superiores a 178 kilómetros por hora.
“El cambio climático también puede causar eventos extremos como tormentas, que no solo provocan la pérdida de vidas humanas, sino que también pueden destruir la infraestructura económica, aumentando los costos de pérdidas y daños, así como el reemplazo y la construcción en el futuro”, indicó la OCDE.
Desbordamiento de ríos
El organismo internacional también advierte sobre una tendencia al alza en inundaciones fluviales que afectan directamente a la vida de las personas y causan importantes pérdidas económicas al dañar las infraestructuras, los asentamientos y las tierras agrícolas.
Naciones como los Países Bajos y Hungría tienen alrededor del 20 por ciento de la superficie total expuesta a inundaciones fluviales extremas. Por su parte, el 18.6 por ciento de la superficie edificada de China está expuesta, seguida de Letonia y Croacai.
En cuanto a la exposición de las tierras agrícolas, los países más afectados son Hungría, los Países Bajos y la República Eslovaca, con más del 17 por ciento de sus tierras de cultivo expuestas a posibles fenómenos extremos.
“Las inundaciones fluviales también pueden causar importantes pérdidas humanas. Las poblaciones de Letonia y los Países Bajos son las más expuestas, con más del 24 por ciento de personas potencialmente afectadas, seguidas de cerca por China e India”, indicó.
Destaca que estos dos últimos países también experimentaron el mayor aumento de la exposición de la población a las inundaciones fluviales, con 3 y 5,3 millones de personas más expuestas, respectivamente, en 2015 en comparación con el año 2000.
Llamado de alerta a la humanidad
La OCDE alerta que el principal mensaje que se desprende del Monitor de este año es que los países son vulnerables.
“Están expuestos a un número creciente de peligros intensos relacionados con el clima que afectan a las comunidades y a los medios de vida”, indica.
La mitigación y la adaptación deben ser el centro de las estrategias de desarrollo de los países. Sin embargo, es importante reconocer que los países han hecho progresos, la acción climática se ha extendido por todo el mundo, pero se puede y se debe hacer más.
“La ambición debe aumentar considerablemente y la acción debe ser eficaz. Los gobiernos no han adoptado todos los instrumentos políticos de que disponen ni el nivel de exigencia para lograr un cambio material”, señala.
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