Moody’s Investors Service rebajó hoy la calificación de la CFE a “Baa2” desde “Baa1”, ante un probable desempeño financiero débil en los próximos 24 meses.
El recorte está en línea con la reciente baja de calificación para México, toda vez que la CFE está expuesta por su alta dependencia de los apoyos gubernamentales.
“Su desempeño financiero probablemente seguirá siendo débil en los próximos 18 a 24 meses, en medio de un entorno de precios altos del gas natural y los desafíos relacionados con su gran programa de gasto de capital que requerirá financiación de la deuda”, indicó la calificadora.
Destacó que desde que comenzó el conflicto militar en Ucrania a finales de febrero, los precios del gas se han disparado reflejando la incertidumbre en torno a la seguridad energética mundial y han aumentado costos operativos de la CFE.
El escenario de referencia de Moody’s supone que los precios del gas natural se mantendrán muy por encima de los precios históricos en 2022, mejorando a medida que las interrupciones del suministro disminuyan gradualmente en 2023.
Indicó que la CFE dispone de cierta flexibilidad para ajustar las tarifas a los grandes clientes industriales y comerciales registrados como usuarios cualificados, pero esos ajustes no mitigan totalmente las pérdidas continuas derivadas de las presiones de los altos costos, dados los topes tarifarios y las subvenciones vigentes a los clientes cautivos.
“Por ello, la empresa seguirá dependiendo del apoyo del gobierno a través de transferencias directas o de asignaciones para aumentar las tarifas”, sostuvo.
Estas presiones se suman a una CFE ya debilitada como resultado del impacto de la volatilidad del precio del gas natural que se produjo debido al evento del vórtice polar en febrero de 2021, añadió Moody´s.
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