Moody’s Investors Service rebajó la calificación crediticia de Pemex a “B1” desde “Ba3”, y consideró que hacia el cierre del sexenio la petrolera no tendrá suficiente capital para incrementar la producción de crudo.
La calificadora tomó en cuenta los vencimientos de deuda de Pemex hacia 2024, y la posibilidad de un continuo flujo de caja negativo, así como la necesidad de grandes cantidades de financiamiento externo, dadas las pérdidas persistentes en el negocio de refinación de la compañía.
La necesidad de mantener el gasto de capital al menos en los niveles actuales para mantener estables la producción y las reservas, y altos gastos por intereses, son otros aspectos considerados en la reducción de la calificación.
Moody´s también explicó que el acceso de Pemex a los mercados de capital es limitada, debido a su alto riesgo crediticio.
Detalló que los precios elevados del petróleo en este año y el próximo respaldarán una mayor generación de efectivo en el negocio de exploración y producción, pero también aumentarán las regalías y los costos operativos en el negocio de refinación.
Si bien el crecimiento de la producción de petróleo y gas ha estado por debajo de los objetivos de gestión, es positivo que desde 2019, Pemex haya tenido éxito en mantener la producción y las reservas relativamente estables, indicó.
“Sin embargo, Moody’s estima que hacia 2024 la compañía solo podrá mantener la producción y las reservas en los niveles actuales dada su incapacidad para invertir mayores sumas de capital en exploración y producción”, indicó.
Moody´s también destacó la alta dependencia de Pemex sobre los apoyos que recibe del gobierno federal.
“Desde 2016, y lo que es más importante y cada vez más desde 2019 hasta 2021, el gobierno ha apoyado a Pemex de varias maneras, incluidas inyecciones de capital, reducciones de impuestos y redención anticipada de notas por cobrar del gobierno”, sostuvo.
Moody’s asume que el gobierno continuará financiando las necesidades de efectivo de Pemex y ayudará a la empresa a cumplir con sus obligaciones de amortización de deuda de 5 mil 100 millones de dólares en 2022, 7 mil 500 millones en 2023 y 8 mil 900 millones en 2024.
“Pemex tiene una liquidez débil y depende en gran medida del apoyo del gobierno”, destacó la calificadora.
Estimó que la petrolera tendrá un flujo de efectivo libre negativo en los próximos 12 a 18 meses, por una insuficiente generación de flujo para pagar gastos de intereses, impuestos y gastos de capital.
No obstante, añadió que la perspectiva estable de las calificaciones de Pemex se basa en la expectativa de que la estrategia comercial y el perfil financiero de la empresa permanecerán sin cambios en los próximos 12 a 18 meses; también considera la perspectiva estable actual de las calificaciones de México.
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