Pemex reportó entre enero y diciembre de 2019 un total de 13 mil 129 tomas clandestinas, cifra 12 por ciento menor respecto al mismo periodo de 2018 cuando la petrolera nacional cerró el año con 14 mil 955 sabotajes a su infraestructura.
La información obtenida por Energy21 a través de la Plataforma de Transparencia expone que la reducción correspondió principalmente a la estrategia anti-huachicol implementada en entidades como Guanajuato donde el número de picaduras bajó 38 por ciento al pasar de mil 918 en 2018 a sólo mil 188 o Jalisco, en donde la diferencia interanual fue de mil 348 tomas clandestinas u 86 por ciento menor a 2018.
La tercia la completa la entidad oaxaqueña gobernada por Alejandro Murat Hinojosa, la cual cerró 2019 con apenas 140 perforaciones, mientras que un año atrás ésta reportó mil 863 perforaciones.
En contraste, en estados como Puebla e Hidalgo se duplicó el robo de hidrocarburos por ducto: en el primer caso, el número de boquetes incrementó 3.4 veces a lo reportado en 2018, año en donde se tuvo registro de 532; en 2019, la cifra llegó a los mil 846 boquetes.
Para el caso de la entidad hidalguense, el crecimiento correspondió a un 90 por ciento tras pasar de dos mil 116 picaduras a 4 mil 29.
El Estado de México fue otra de las que presentó aumentos aunque de menor forma ya que a lo largo de 2018, ésta reportó mil 1517 tomas clandestinas; un año después el reporte ascendió a mil 778 picaduras.
Durante ese mes, las entidad que redujeron el número de tomas clandestinas en más de 90 por ciento fue Jalisco tras pasar de 156 a sólo 4 picaduras; en tanto, Guanajuato pasó de 156 a sólo 72 perforaciones.
Tabasco, por su parte reportó incrementos superiores al 100 por ciento al pasar de 20 tomas clandestinas a 49 de diciembre a diciembre.
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