En su Plan de Negocios 2019-2023, Pemex identificó 10 riesgos estratégicos que podrían afectar significativamente las metas propuestas para los próximos cinco años por la petrolera nacional, así como las estrategias de mitigación de éstos.
De acuerdo con el documento, dado a conocer esta mañana, el primero de éstos se relaciona con la restitución de reservas, es decir, la incorporación de reservas 3P (Probadas, Posibles y Probables) y el nivel de restitución de reservas 1P menor a lo esperado. Para ello, Pemex prevé que en el corto plazo las actividades exploratorias y de desarrollo se enfoquen en áreas que tienen mayor probabilidad de éxito geológico y comercial.
El segundo riesgo está referido a un posible incumplimiento de los programas de explotación de corto plazo; en ese sentido, la empresa productiva del Estado ya tiene identificados los campos que pueden dejar de ser rentables por variaciones volumétricas o precio.
“En caso de dejar de ser rentables se tomarán las acciones necesarias, tal como la reasignación de recursos a otros proyectos más viables”, apunta el documento.
Como tercer peligro, Pemex coloca la captación, refinanciamiento y liquidez, traducido en el riesgo de encarecimiento o limitación que podría enfrentar la petrolera mexicana para obtener recursos financieros necesarios para el cumplimiento de las obligaciones de deuda y/o el programa de inversión. Como solución, la empresa dirigida por Octavio Romero Oropeza prevé disponibilidad de líneas revolventes que no impliquen mayor deuda.
El cuarto riesgo va en sintonía con el anterior al hablar de los recursos financieros, donde Pemex teme que no haya fondos para cubrir gastos de operación e inversión que implica la meta fijada por esta administración. Sobre eso, Pemex seguirá buscando beneficios al régimen fiscal, además de suscribir contratos con modelos de negocio atractivos para atraer la inversión privada siempre y cuando no se ceda la renta petrolera.
A la mitad del listado destacan los proyectos de inversión, es decir, que éstos llegasen a presentar deficiencias en diseño, planeación, ejecución, o incluso sobrecostos. Una de las medidas expuestas en el Plan de Negocios contempla una jerarquización de proyectos con base en la generación de valor económico.
“Cada uno de ellos será analizado y, en su caso, aprobado una vez que se verifique su viabilidad operativa y financiera”, cita el mismo.
El sexto riesgo responde a comerciales y abasto, dicho de otro modo, el peligro de perder participación en el mercado gestionado mediante la implementación de estrategias enfocadas a robustecer la oferta comercial.
El robo de hidrocarburos y equipos ocupa el séptimo riesgo estratégico. Aquí Pemex destaca la posibilidad de que se incrementen las pérdidas en ese sentido, por eso, pretende continuar con la estrategia de incrementar la vigilancia en los ductos y modificar el canal de distribución del producto final.
El riesgo de que haya un incremento en costos o pérdida de producción derivado de fallas en confiabilidad humana, de diseño, de proceso o de equipos es el octavo punto que Pemex identificó, mientras que el noveno se refiere a la seguridad industrial y protección ambiental relacionado a daños a las instalaciones, al medio ambiente y a la salud de las personas originados por pérdida de contención en los procesos.
Finalmente, Pemex sitúa como décimo riesgo a la corrupción, acto en donde se favorezca a un tercero y perjudicar a la petrolera nacional con dolo a través de la formalización de contratos bajo condiciones inadecuadas o desfavorables, entre otras maneras.
“Este riesgo se gestionará mediante el fortalecimiento de procedimientos orientados al cumplimiento de las disposiciones jurídicas, contables, y financieras a fin de prevenir actos de corrupción”, apunta el Plan de Negocios.
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