El gobierno de Donald Trump se unió este fin de semana a un esfuerzo impulsado por Rusia, Arabia Saudita y Kuwait, que pretende oponerse al lenguaje de un reporte que considera que el planeta tiene solo 10 años para recortar sus emisiones en un 50%, todo esto en el marco de COP24 en Katowice, Polonia.
“Había un acuerdo para acoger el reporte. Estados Unidos quería ‘notarlo’, que en esencia significa ‘sabemos que existe, pero no tenemos comentario’”, dijo Jake Schmidt, el director del programa internacional del Consejo de Defensa de Recursos Naturales.
La posición del gobierno estadounidense es la más reciente manifestación de un largo historial en contra de la ciencia que respalda al cambio climático. En 2012, Trump publicó un tuit en el que expresó que el calentamiento global era una conspiración creada por China para hacer a Estados Unidos menos competitivo. El año pasado la administración anunció su intención de retirarse del Acuerdo de París y apenas hace una semana Trump reiteró que “no creía” en los resultados obtenidos por un reporte de la Casa Blanca sobre los posibles efectos del calentamiento global en la economía de aquél país.
A pesar de que varios gobiernos estatales han manifestado su oposición a ciertas leyes referentes a fracking y exploración petrolera, el gobierno federal sigue manteniendo al petróleo y el ‘carbón limpio’ como pilares importantes de su estrategia económica.
“Los Estados Unidos están dispuestos a notar el reporte y expresar apreciación hacia los científicos que lo desarrollaron, pero no lo acogemos, ya que esto representaría aprobación implícita de dicho reporte”, explicó un vocero del Departamento de Estado. “Como ya lo hemos manifestado en el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático y otros foros, los Estados Unidos no aprueban las conclusiones del reporte”.
El reporte fue comisionado por las Naciones Unidas (ONU) en 2015, durante la ceremonia de firma del Acuerdo de París, y pretendía ser la base de las discusiones en Katowice. De acuerdo con el Washington Post, delegados de otras naciones se han mostrado sorprendidos ante la postura estadounidense.
“El hecho de que las naciones estén pasando tanto tiempo en un asunto menor de redacción mientras las conclusiones científicas incrementan el riesgo de una catástrofe debe ser visto como una metáfora de lo inadecuada que ha sido la respuesta al cambio climático. También muestra que la falta de liderazgo estadounidense tiene grandes costos para la ambición global”, alertó Paul Bledsoe, ex consejero climático de la administración de Bill Clinton, quien se encuentra en Polonia.
Las emisiones estadounidenses tuvieron una ligera disminución durante 2017, pero se proyecta que este año hayan crecido un 2.5%.
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