Este 2025 se perfila para ser un año crucial para el sector energético a nivel global ante la creciente y constante demanda de energía en medio de un contexto que prioriza la transición hacia fuentes más sostenibles, considera Alfredo Álvarez, socio líder de Industria y Energía, EY Latinoamérica.
“Si bien existen muchos avances tecnológicos que han aumentado la accesibilidad de fuentes de energía renovable como la solar y la eólica, enfrentamos grandes retos, como los costos de generación y transportación de hidrógeno sostenible, líneas de transmisión cada vez más colapsadas ante el incremento en la demanda de energía, entre otros”, comparte.
El panorama energético mundial enfrenta una paradoja: la urgente necesidad de continuar produciendo energía para cubrir las necesidades de consumo, al mismo tiempo que se buscan alternativas más limpias y menos contaminantes.
En ese sentido, el experto señala que las empresas en la cadena de valor de la energía tendrán que enfrentar estos retos y, a su vez, producir la energía requerida, enfrentando al mismo tiempo costos de capital mucho más altos para el desarrollo de energías no sostenibles.
Adicionalmente el entorno se torna más complicado ante el eventual cambio de política energética que enfrentará Estados Unidos. En su óptica, la complejidad de la cadena de suministro se incrementará, y las tarifas de importación podrían elevarse en ciertos mercados, lo que incrementaría el costo financiero para las empresas mexicanas.
“Ahora más que nunca, el sector energético necesita reinventarse, adoptando nuevas tecnologías que permitan transitar por este entorno de cambio de una manera exitosa”, destaca.
Por lo anterior, el 2025 será, sin duda, un año crucial para todos los participantes del sector y además marcará una pauta de transformación en el que las empresas deberán navegar entre la urgencia de satisfacer la demanda energética y la presión por adoptar prácticas más sostenibles, sin dejar de lado la innovación tecnológica.