Cementos mexicanos (Cemex) avanza en el camino de la sustentabilidad al mejorar la sustitución de combustibles fósiles por fuentes alternas de energía durante los primeros tres meses de este año y en el 2017.
Al compararse el primer trimestre del año pasado contra el primero de éste, Cemex está casi 3 puntos porcentuales por arriba respecto al uso de fuentes alternas.
En el 2017, pasó de 18 a 26%, lo que significa un “gran amortiguador”, en palabras del director general de la cementera, Fernando González Olivieri.
Aunque reconoció que este número es volátil porque puede cambiar de trimestre a trimestre, siguen constantemente mejorando.
Ello considerando que la industria del cemento es una de las más contaminantes del mundo, su producción implica la quema de combustibles fósiles y la emisión de dióxido de carbono (CO2) al ambiente.
Además, 85% de los activos de la compañía se encuentran en regiones en donde hay o se está en vías de fijar regulaciones sobre los niveles de dióxido de carbono a la atmósfera.
El año pasado, la cementera regiomontana evitó la emisión de más de 7 millones de toneladas de dióxido de carbono al medio ambiente, respecto a la línea base de 1990.
Esto equivale a las emisiones de carbono que 1.3 millones de vehículos de pasajeros emiten en promedio al año.
Abaratar costos
Adicionalmente a los beneficios ambientales, esta acción le permitirá a la cementera tener costos más bajos de energía y combustible.
Entre enero y marzo de este año, los mayores precios de energía impactaron los costos de la compañía cementero en los mercados en donde participa.
“Somos agresivos, en donde podemos aumentamos los combustibles residuales y México es un muy buen ejemplo. Eso definitivamente está compensando el continuo aumento en los precios de los combustibles fósiles”, dijo recientemente el directivo a analistas.
Esfuerzos
El año pasado, Cemex aumentó 49% la tasa de sustitución de combustibles fósiles en la producción de cemento en México.
El uso de combustibles alternos fue de alrededor de 410,000 toneladas en el 2016 y de 610,000 en el 2017, en ese mismo año produjo cemento de bajo carbono por primera vez.