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La integración de generaciones renovables será un reto para 2023: IEA

La Asociación Internacional de Energía (IEA) publicó esta semana un estudio en el que estima que la integración de energías renovables a las redes eléctricas del mundo será uno de los retos internacionales más grandes para 2023, debido al crecimiento en la oferta de las mismas.

La organización resaltó que se trata de un tema que ya está comenzando a presentar retos para los gobiernos a nivel mundial, sobre todo en el caso de líderes en el ramo, como China, por lo que resulta apremiante encontrar soluciones costeables para reducir las emisiones mundiales a los niveles señalados en el Acuerdo de París.

La IEA explicó que varios países han experimentado una desaceleración en la adopción de energía renovable debido a las preocupaciones en las variaciones de corriente de estos sistemas. Irlanda, por ejemplo, puso un moratorio en el desarrollo de nuevos sistemas eólicos debido a preocupaciones sobre la “seguridad y estabilidad de los sistemas de poder” en 2003, cuando esta tecnología representaba sólo el 2% de la generación anual. Más tarde estos retos fueron analizados y se diseñaron e implementaron soluciones que permitieron que el país europeo alcanzara 25% de generación eólica para 2017, con miras a alcanzar 39% para 2023. Estos cambios conllevaron costos adicionales para garantizar la seguridad de la red. Texas pasó por una situación similar en 2009, con 20% de generación eólica que crecía más rápido que la infraestructura requerida. 

Para implementar mayores cantidades de energía solar y eólica, cuya producción depende de la disponibilidad de recursos naturales, es necesaria una flexibilidad en el sistema, que facilite un manejo confiable, barato y eficiente de la variabilidad de oferta energética, tanto en periodos cortos como durante los años que este sistema sea utilizado.

La asociación recalcó que la planeación de estos sistemas deben tomar en cuenta la localización de efectos, la identificación de cambios entre carga y carga neta del sistema, los cambios más grandes en el balance de oferta y demanda y las modificaciones regulatorias y operacionales.

“Moverse eficazmente de una fase a otra requiere medidas interrelacionadas y complejas, que requieren la transformación sistemática del sistema eléctrico y del más amplio sistema de energía en general”, concluyó el estudio.

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