El funcionamiento de los edificios representa el 30% del consumo final mundial de energía y el 26% de las emisiones globales relacionadas con la energía (IEA, 2023). En medio de esta presión ambiental, energética y social, el modelo tradicional de infraestructura está siendo reemplazado por una nueva visión: edificios digitales, resilientes y sostenibles, que integran la gestión energética con la automatización para responder a los desafíos actuales.
Resiliencia energética como eje de la sostenibilidad
La resiliencia energética implica que un edificio pueda mantener su operación ante interrupciones del suministro eléctrico, picos de demanda o eventos climáticos extremos. Para lograrlo, es fundamental integrar soluciones de respaldo inteligente como Sistemas de Alimentación Ininterrumpida (SAI), generación distribuida y almacenamiento de energía.
Un sistema resiliente no solo protege contra apagones, sino que optimiza la respuesta del edificio a la variabilidad energética, permitiendo operar en modo isla, priorizar cargas críticas y gestionar el uso de fuentes renovables. Esto es especialmente relevante en edificios de misión crítica —como hospitales, centros de datos o instalaciones industriales— donde la continuidad del servicio puede salvar vidas o evitar pérdidas económicas.
Además, la resiliencia energética se convierte en un componente clave para cumplir con regulaciones ambientales y mejorar la certificación de sostenibilidad de los inmuebles (LEED, BREAM, ISO 50001). La capacidad de anticipar y responder a fallos eléctricos ya no es solo una medida de seguridad: es parte del diseño inteligente de cualquier infraestructura moderna.
Edificios con propósito: sostenibilidad medible
La digitalización también empodera a los edificios como agentes activos en la transición energética. El acceso a datos, el control predictivo y la integración de fuentes renovables permite reducir el impacto ambiental sin comprometer la experiencia del usuario.
De hecho, ya se han evitado más de 600 millones de toneladas de CO₂ con estas soluciones desde 2018, y la meta es alcanzar los 800 millones para 2025.
La resiliencia energética es hoy un pilar estratégico en el diseño y operación de edificios inteligentes. Más allá de garantizar continuidad ante interrupciones, implica dotar a los inmuebles de la capacidad de adaptarse a escenarios de variabilidad energética, optimizar recursos y mantener la eficiencia operativa bajo cualquier condición. Integrar soluciones de alta eficiencia, monitoreo predictivo y almacenamiento distribuido no solo eleva la seguridad y sostenibilidad, sino que posiciona al edificio como un nodo activo en la transición energética global.
Del consumo al control: digitalización energética en edificios
Los edificios ya no son estructuras pasivas. Hoy, gracias a la convergencia entre TI y OT (tecnologías de la información y operación), se convierten en ecosistemas vivos: capaces de autorregularse, ahorrar energía y adaptarse a su entorno. Este es el núcleo de la estrategia Innovation for Buildings de Schneider Electric, que propone estructuras centradas en las personas, habilitadas digitalmente y adaptadas al cambio climático.
Herramientas como EcoStruxure Power Monitoring Expert permiten visualizar, medir y optimizar el uso energético en tiempo real, anticipándose a fallas, reduciendo pérdidas eléctricas y mejorando la eficiencia operativa hasta en un 30%. Todo esto bajo una arquitectura modular y escalable.
Gestión centralizada con EcoStruxure Building Operation
Para que la resiliencia y la eficiencia energética sean realmente operativas, es fundamental contar con una plataforma que integre todos los sistemas del edificio en una sola interfaz. En ese sentido, EcoStruxure Building Operation permite centralizar el control de climatización, iluminación, energía y seguridad en un entorno abierto e interoperable.
Esto no solo mejora la eficiencia operativa, sino que permite aplicar inteligencia contextual a cada espacio del edificio. Gracias a su arquitectura escalable, esta solución de Schneider Electric habilita desde edificios individuales hasta portafolios completos, con analítica avanzada, monitoreo remoto y soporte para decisiones predictivas.
Además, al facilitar la integración con estándares abiertos de comunicación en sistemas de automatización, se convierte en un habilitador clave para la modernización de edificios existentes, alineado con los objetivos de sostenibilidad y desempeño energético de largo plazo.
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