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Campo Zama, un asunto no resuelto: López Obrador

Andrés Manuel López Obrador, Presidente de México, reconoció que la situación que gira en torno al campo Zama es todavía un asunto sin resolver entre su Gobierno y la empresa estadounidense Talos Energy; asimismo, aseguró que la disputa por la operación de Zama también generó molestias entre el empresariado norteamericano manifestado a través de ‘consultas’ en el marco del T-MEC.

“Ahí hay una diferencia, ahí tenemos un asunto no resuelto, es por lo que se están dando estas consultas, pero nosotros no podemos entregar el patrimonio de nuestro país, tenemos que cuidarlo”, declaró este martes en su conferencia matutina.

En 2015, el consorcio integrado por Talos Energy, Sierra Oil & Gas (ahora DEA Deutsche Erdoel y la británica Premier Oil) y la británica Premier Oil resultaron ganadores del Bloque 7 licitado en el primer proceso celebrado en el país.

Para 2017, gracias a la perforación del pozo exploratorio Zama-1, se logró el hallazgo del considerado megayacimiento al poseer reservas originales de mil 400 a 2 mil millones de barriles de petróleo, contemplando desde ese momento la posibilidad de que su extensión abarcara una asignación a cargo de Petróleos Mexicanos (Pemex), AE-0152-Uchukil.

“Este yacimiento está junto a un yacimiento de Pemex, de la nación, que no entró en la ronda. Entonces, cuando sucede esto el procedimiento es que se hace un avalúo del potencial del yacimiento conjunto y, si la parte de una empresa es mayor, a esa empresa le corresponde la operación conjunta”, explicó el mandatario.

Subrayó que tras evaluaciones hechas por Pemex se determinó que la petrolera nacional posee el 51 por ciento del potencial petrolero.

“Talos tiene como el 20 y otras dos empresas tienen 15 y 15; sin embargo, como es una empresa petrolera fuerte, que tienen mucha influencia, no entran en razón. Yo espero que se entienda que legalmente le corresponde a Pemex la operación”, asestó.

En septiembre de 2015 el contrato fue suscrito bajo la modalidad de producción compartida, el cual permite que el contratista opera bajo su propio riesgo y costos, pero bajo el control del Estado.

De haber producción, esta pertenece al Estado, con la salvación del porcentaje de producción debido al contrato por concepto de recuperación de costos y de división de ganancias; efectuada la recuperación de costos, el balance de la producción es dividido, de acuerdo con un porcentaje pactado previamente entre la empresa y el Estado.

“Si no tenemos una operación honesta, transparente, entonces pueden, no estoy diciendo que ellos lo vayan a hacer, pero suele pasar de que aumentan los gastos de operación para que la utilidad sea menor y lo que corresponda a Pemex, a la nación, a México, sea menos”, señaló López Obrador.

 

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