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Iberdrola ya anticipaba su salida de México; desplomó 254% inversiones desde 2018

Entre 2018 y 2022 las inversiones de la empresa española Iberdrola en México se desplomaron 254 por ciento, lo que apunta a que ya anticipaba un quiebre con el gobierno federal y su eventual salida del país, señalan analistas.

 

La compañía destinó un total de 898 millones de euros en 2018, antes de la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de la República, pero en 2022 esa cifra se redujo a tan solo 253.6 millones de euros, según cifras de sus informes financieros

 

Ello implica que la española dejó de invertir 644.4 millones de euros desde esa fecha. De esta forma, cada día dejó de ejercer el equivalente a 8.8 millones de pesos en promedio en México.

 

Ayer Iberdrola anunció un acuerdo para vender al gobierno mexicano el 77 por ciento de sus activos en territorio nacional por 6 mil millones de dólares, lo que implica su salida del país tras un largo historial de confrontamientos con López Obrador, quien los llegó a acusar de saqueadores, aunado a las trabas que enfrentó para obtener la renovación de sus permisos a lo largo de este sexenio.

 

El dinero que Iberdrola espera recibir por sus activos equivale a 110 mil millones de pesos, cifra que supera en 22 veces la inversión equivalente en pesos que la empresa ejerció en 2022, por aproximadamente 5 mil millones de pesos.

 

Así el gobierno mexicano se quedaría con 13 centrales eléctricas: 12 plantas de ciclo combinado que se encuentran ubicadas en los estados de Baja California, Durango, Nuevo León, San Luis Potosí, Sinaloa y Tamaulipas y una planta de energía eólica, ubicada en Oaxaca.

 

Para los analistas, el desplome en las inversiones de Iberdrola es una señal de que la compañía ya anticipaba una eventual ruptura con el gobierno federal y su retirada de México.

 

“Iberdrola ya no le estaba invirtiendo a esas plantas, ahora se tiene que hacer un diagnóstico de cuánto es su utilidad y la eficiencia”, opinó Ramsés Pech, analista de Caravia y Asociados.

 

Explicó que si el gobierno quisiera construir estas plantas como nuevas tendría que invertir 8.9 mil millones de dólares, lo que aparentemente sería más caro que los 6 mil millones que pagará a la empresa, pero las nuevas centrales serían más eficientes y tendrían una vida últil más larga.

 

“La pregunta es si está justificado y si es eficiente en el largo plazo comprar esas centrales a costo bajo”, cuestionó.

 

Opinó que este anuncio se puede interpretar como que el gobierno mexicano acorraló a Iberdrola para obligarla a vender sus plantas, las cuales ahora serán operadas por la CFE.

 

No le quedaba de otra, el negocio de Iberdrola en México ya no crecía, únicamente se mantenía. Ahora le conviene más llevarse su dinero a otro país donde tenga mejores condiciones”, afirmó.

 

“El gobierno, por su parte, tenía que comprar las plantas para mantener la generación de energía porque la demanda crece 5 por ciento cada año”, dijo Pech.

 

Además, consideró que la compra implicará un impacto para las finanzas públicas, pues el gobierno deberá endeudarse para pagarle a Iberdrola.

 

La compra se realizará a través de un vehículo de inversión nacional con participación mayoritaria del Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin), administrado por Mexico Infrastructure Partners, y financiamiento de la banca.

 

“Es deuda que no asume el gobierno sino el Fonadin, pero al fin de cuentas es deuda en un momento en que las tasas de interés están muy altas”, añadió el analista. 

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tk