
El nuevo paquete regulatorio energético redefine drásticamente el tablero de juego en México. Con la publicación de los reglamentos de Hidrocarburos, Geotermia, Electricidad, Biocombustibles y Transición Energética, el Gobierno revierte el equilibrio de poder, devolviendo las facultades de rectoría y control a la Secretaría de Energía (SENER) y a la recién fortalecida Comisión Nacional de Energía (CNE).
Con este viraje regulatorio el Estado retoma control sobre los permisos, la planeación y la supervisión de cada segmento estratégico. Los permisos dejan de ser derechos automáticos y se transforman en instrumentos condicionados a la planeación vinculante del Gobierno.
Electricidad: vigencias condicionadas y control sobre migraciones
Con el nuevo Reglamento de la Ley del Sector Eléctrico, la CNE centraliza la emisión de permisos, poniendo fin a los esquemas regulatorios previos. Todas las solicitudes—incluyendo la migración de permisos, autoconsumo y cogeneración—deberán adecuarse rigurosamente al nuevo marco. El cumplimiento será monitoreado a través de la comprobación trimestral de avances físicos, la formalización de contratos de interconexión y la superación de pruebas técnicas con el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE).
La vigencia de los permisos se ata a la fase del proyecto. Las Centrales en operación solo tienen 6 meses para completar pruebas operativas con el CENACE y asegurar su contrato de interconexión; de lo contrario, el permiso será revocado.
Para las centrales en construcción, la vigencia del permiso está sujeta a la acreditación del avance de las obras cada 3 meses; el incumplimiento puede llevar a la revocación. En el caso de las centrales aún no construidas, la autorización se condiciona al cumplimiento del programa de obra inicial y a la obligación de documentar progresos verificables directamente ante la CNE.
Continúa leyendo el artículo en la Revista E21 de octubre 2025.
Comenta y síguenos en X: @Adri_Telecom / @Energy21Mx





